*ૢ✧ ཻུ۪۪⸙͎AMORTÓMETRO [ Poppy × Barb ]

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¿Era normal que la granate se sintiera tan nerviosa por una salida con su mejor amiga? Diablos, el tan solo hecho de estar con ella hacía que sus mejillas se alocaran sin fin.

La había invitado a la playa, donde muy raras veces ella iba.

Llevaba puesto su traje de baño de color negro, el cual lo acomodaba mirándose al espejo. Sin embargo, no podía faltar su típica chaqueta de cuero encima.

Llevaba bronceador y lentes de sol en su pequeña mochila. También cargaba botellas de jugo y agua, las cuales pesaban un poco.

Se miró por última vez y peinó su cabellera con una mano, estaba tan nerviosa y ni siquiera estaba ahí con ella.

—Vamos, Barb, no lo arruines.—Se susurró para ella misma y se retiró, no sin antes darle varios mimos a su pequeña y adorada amiga mascota.

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—¡Es un día perfecto! ¿Verdad, chicos? —La reina del pop, con su traje de baño amarillo, le sonrió a sus mejores amigos.

—Sí, aunque hace bastante calor.—Se quejó la rockera, acostada sobre la manta.

Por suerte, habían conseguido un lugar, bastante lejos de la orilla, pero con árboles que les dieran sombra.

¡El Snack Pack estaba tan emocionado! Bueno, Barb creía que si les mostraban una flor se emocionaban como nunca, eran tan optimistas y felices.

La granate solo cerraba sus ojos y suspiraba relajada, dejándose llevar por sus pensamientos. En cambio, la troll del pop solamente se pasaba el bronceador por sus suaves brazos.

Diamantino intentaba hacer un castillo de arena para distraer a su pequeño hijo, pero el otro parecía no prestarle mucha atención.

El señor peluche y Grandulón estaban juntos como siempre, ahora el más grande estaba enterrando al gusano en la arena.

Cooper había decidido ir al agua a buscar peces. Todo encajaría perfecto, pero todo el grupo sabía que por allí no nadaban los pequeños animalitos debido a la cantidad de trolls que se bañaban allí, les asustaba la gente.

Chiquilina había encontrado bastante arena para cavar un pozo con sus propios puños, algo que a la rockera aún le sorprendía e impresionaba.

Ramón, el mejor amigo de la reina del pop, literalmente estaba blanco de todo el bronceador que se había puesto. Dijo que no quería sufrir quemaduras y que todos se estaban arriesgando a morirse quemado.

Nadie lo escuchó, solo reían levemente por sus teorías tan paranoicas.

—¿Alguien me acompaña a darme un chapuzón?

Todos se quedaron en silencio, estaban muy entretenidos en sus tareas. Barb solo se dispuso a reír, burlándose de la del pop.

—¿Qué no puedes ir sola?—Se quitó un poco sus lentes, dejando a la vista sus ojos rojizos.

—¡Pero es aburrido!—Ahora miró a Ramón, quien negó rápidamente.

—¿Estás loca? ¿Has visto la hora que es? ¡Es la peor hora de sol!—Se quejó, extendiendo sus brazos.

Los demás siguieron con sus juegos y ella se levantó de la manta, obviamente con la mirada de la de cabellos rojizos por encima. Notó que la rosada les había dado la espalda y, rendida, había comenzado a caminar en dirección al agua que golpeaba con sus olas.

La granate pensó y dejó de lado sus lentes, levantándose y corriendo hasta ella, a veces se quemaba con la arena en sus pies y se quejaba.

—¿Creíste que te dejaría sola, Popsqueak?—Alzó una ceja divertida, mientras que ahora corría con ella por las quemaduras de los pies.

—¡Eso me hiciste creer!—Rió levemente la del pop, mirándola de reojo.

Fue un alivio llegar a la orilla, aunque amabas rieron y se quejaron al sentir el choque de su piel con el agua fría.
Lentamente fueron metiéndose y jugueteando, Barb nunca se había divertido con ella tanto.

A propósito, la rockera le salpicaba agua fría al cuerpo de la rosada. Ésta solo se quejaba y carcajeando, intentando defenderse de la misma forma.

Barb intentaba nadar lejos de ella cuando intentaba atacarla, pero las olas no se lo impedían. No evito tragarse bastante agua salada y toser varias veces.

En un momento, la granate salió a la superficie y Poppy se acercó, quitando una pequeña alga que tenía en su corto cabello.

—Que yo sepa no eres una sirena.—Bromeó la troll, ahora viéndolo.

—Eso depende de quien lo diga.—Bromeó la contraria y río con ella.

Estaban hechas un desastre, las olas y el agua las habían despeinado bastante.
Pero ver las gotas de agua en el rostro de Poppy con su cabellera despeinada, era el arte más hermoso que la rockera podría admirar.

Sus ojos se encontraron con los de ella, la reina del pop le sonreía dulcemente, el corazón de Barb se estaba muriendo de ganas por hacer cualquier contacto físico con ella.

Tenía la idea de pasar su mano de forma delicada por su suave y brillosa mejilla, pero sabía que sería un tanto incómodo para ambas así que solo se limitó a sonreír de forma astuta.

—¡La que sale última es un troll podrido!—Exclamó Barb, comenzando a nadar hasta la orilla y luego, corriendo por la arena.

—¡No se vale! ¡Eso es trampa! ¡Barb!—Rió la rosada y soltó varias carcajadas, persiguiéndola por detrás.

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