Nuevo Mundo

#1

"Querido diario:
No soporto que mis padres no se den la molestia de consultarme ante algo tan importante como esto, ahora resulta que debemos mudarnos a un pueblo llamada Outlaw que es donde vivían mis abuelos, en realidad es un pueblo muy adentrado de la ciudad. Ellos creen que es mejor alejarnos un poco de los suburbios de la cuidad y vivir en armonía con la naturaleza pero ni siquiera se molestaron en preguntarme; claro a ellos no les importa que deje mi vida aquí, desde que tengo memoria he vivido aquí y ellos solo quieren que lo deje y que valla a vivir a otro lado, pues no estoy de acuerdo; seguro piensan mudarse por algún motivo de trabajo. Claro no me hubiera molestado tanto si al menos me lo hubieran consultado pero no ellos nunca hacen eso. Nunca podemos hablar ya que están muy ocupados por el trabajo y cuando tenemos oportunidad de hacerlo es para darme esta desagradable noticia y luego siguieron en sus asuntos, ni siquiera se tomaron la molestia de ver mi reacción solo me dejaron hay parada y sola en medio de la cocina... La mudanza es dentro de dos semanas, la cual espero que no se pase tan deprisa."

Deje mi diario y lo tire en mi cama, como era domingo no podría ver a ninguna de mis amigas y tampoco tenía ganas de llamarlas ya que no les quería dar la mala noticia, eso se los diaria el lunes en la escuela. Baje a la cocina por una soda y algunas galletas para refugiarme en mi habitación por todo el día.

Al llegar encontré a mi madre colgando una llamada y con cara de enojo, pero no le quería preguntar que le pasa, ya que sé que esto no terminara nada bien; pase de largo hasta la nevera para sacar una soda light, ya que a mi madre le desagrada que tome de la normal, y luego pasé a los cajones de la despensa para sacar un paquete de galletas, estaba a punto de salir de la cocina cuando mi madre me llama.

-Noa ven un momento.-me dirigí a ella repitiendo en mi cabeza: "no hay porque enfadarse" una y otra vez. Ya no tenía la cara de enojo de hace un rato así que me puse más tranquila. Le conteste con un simple "Si" y ella me pregunto.

-Te molesta lo de la mudanza.-casi se me cae la soda al suelo por el asombro.-Porque no queremos incomodarte, solo que es algo importante para tu padre a para mi.-claro la mudanza es importante, pienso con amargura,-Queremos que lo comprendas.

-Siempre es importante.-conteste cortante.-No puedo hacer nada para que cambien de opinión así que solo debo aceptarlo, no.-en mi interior mil cosas querían explotar y decírselo todo a mi madre pero me detuve.

-No será tan malo Noa, además es un bonito pueblo y te va...-su celular sonó, me hizo un gesto y salió de la cocina.- agradar.-dije imitando su voz.

Después de la "emotiva" charla me encerré en mi habitación. Me tiré en la cama, abrí el paquete de galletas y la soda, encendí la televisión y empecé a cambiar los canales, como no había nada que ver puse el canal de música y subí un poco más el volumen. Después de un una hora el sueño estaba a punto conmigo así que baje el volumen, deje el paquete de galletas a un lado y me terminé la soda.

-*-*-*-*-*-

Me despertó el tono del celular; lo vi y era Cathalina, mi mejor amiga, conteste con desgano y escuche su chillona voz.

-Hola Noa.-Catha, siempre tan alegre.

-Si.-dije con pocas ganas.- ¿Qué pasa?

-Nada, solo que... no se pensé que podríamos salir de comprar o a comer un helado o algo por el estilo, ¿qué te parece?

-Me encantaría pero ahora no estoy de ánimos...- no quería malograrle el fin de semana a mi BFF, así que busque otra salida.- ¿Qué te parece si vienes a mi casa?

-¡Fantástico! estaré ahí a las cinco.-se escuchaba súper feliz.-Nos vemos, te quiero... adiós.

Corte de inmediato, miré la hora y eran 3:50p.m, así que aún tenía tiempo para alistarme y guarde el celular en mi bolsillo; me dirigí al baño a tomar una ducha, era lo más relajante que podría hacer.

Tomé la ducha más larga de mi vida, me he demorado casi una hora; tome una toalla, me envolví con ella y me dirigí a mi habitación, saque lo primero que vi en mi cajón que era una camiseta muy holgada, un shorts negro suelto y un par de sandalias bajas, me arregle el cabello y definí un copo las ondas.

Miré el reloj y me di cuenta que faltaban cinco minutos para las cinco, enserio me había demorado en la ducha; antes de tomar mis lentes sonó el timbre y supe que era Catha así que salí corriendo a abrir la puerta.

Llegue a la puerta pero Catha ya estaba en compañía de mi madre, charlando.

-Cathalina y como está tu madre.-

-Bien señora, muy ocupada por cierto.- contestaba Catha con una sonrisa en el rostro.

Hubo un silencio incómodo, Cathalina noto mi presencia y corrió a abrazarme; mi madre me dijo.

-Noa no me dijiste que venía Cathalina.- parecía disgustada.-entonces pediré pizza, esperen en la cocina.-pero no lo estaba.

Catha y yo nos dirigimos allá y tumbamos en las bancas al mismo tiempo, entonces ella me dijo.

-Escuche lo de la mudanza.-sentí tristeza en su voz.

-Justo eso te iba a decir, nos... y mudaremos a un pueblo llamado Outlaw, a la casa donde vivían mis abuelos...eh...la mudanza es dentro de dos semanas.-sentí como la tristeza me subía y quería salir por los ojos, pero aguante las lágrimas y le sonreí un poco.

-Al menos tenemos dos semanas más para estar juntas no.-lo dijo con un poco de ánimo.

-Si bueno hay que disfrutarlas al máximo.

En eso monte sentí que ya no podía más y deje que las lágrimas salieran y le di a Cathalina un abrazo con todas mis fuerzas; me calme y me separe de ella; nos miramos y sonreímos.

Sonó el timbre y mi mamá fue abrir, le dije a Catha que me disculpe un momento y me paré y saque dos sodas light, servilletas y dos platos; mi madre ya había puesto lapa pizza en la mesa, yo coloque el resto de cosas y nos sentamos a comer, conversar y reímos un montón.

Después de unas horas mi madre acompaño a Cathalina a su casa y yo me encargué de limpiar todo lo que habíamos utilizado, luego de terminar fui directamente a mi habitación, me aliste para dormir, me metí a la cama y me dormí al instante.