XXX-XXX-017.

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LEAN NOTA DEL FINAL.

— No tenías necesidad de hacerlo. — El rubio acarició su mano contradiciendo su propia actitud. YoonGi hizo una mueca y cerró los ojos dejando que el tiempo pasara. No le gustaba el ambiente de los hospitales, eran su peor pesadilla. — Pero de todas formas, gracias. — Apretó su mano con fuerza. YoonGi abrió un ojo y observó como los cristalinos ojos azules comenzaban a llorar. Tragó saliva, digiriendo todos sus sentimientos atrapados en su garganta y se apoyó en el hombro de Jimin. Este al sentir la cercanía sonrió con dolor. — Siempre hiciste lo mismo, cada vez que te sentías apenado por no saber consolarme, te apoyabas en mi hombro y me abrazabas hasta que paraba de llorar, o simplemente me quedaba dormido en tus brazos. Lo cual es irónico, porque aquella acción de tu parte era más valiosa que mil palabras. — YoonGi mantuvo sus ojos cerrados. — ¿Crees que si nunca te hubiese mentido estaríamos juntos?

— Las decisiones son relativas, no puedo decirte que sí, pero tampoco que no. — Contestó. — ¿Qué quieres que crea? — Jimin soltó una risa vacía. — Si me dices, podría convencerme de creer aquello que te gustaría escuchar.

— Sin duda tu sentido del humor no ha envejecido. — Susurró acariciando sus dedos. — ¿Cómo está Seokjin? ¿Lo has visto?

— Está bien, hace poco fuimos a un café...me contó sobre lo emocionado que está por la boda. — Se encogió de hombros. — Realmente espero que sea feliz, que nunca se arrepienta de la decisión que tomó para llega a este punto. No hay nada más bonito que encontrar a ese alguien especial que vela por ti todas las noches.

— ¿Crees que tengan hijos? — YoonGi abrió sus ojos y observó la pequeña mano de Jimin que sostenía la suya. La diferencia de tamaños era grande, se sentía como si tomara la mano de una muñeca de porcelana. Siempre le había gustado ese detalle de los dos, que a pesar de que era totalmente iguales en cuanto a relación, había pequeñas cosas que a YoonGi le fascinaban, una de esas cosas era que Jimin siempre había sido como un cachorrito a quien amar y proteger, algo tan pequeño y frágil que quisiera encerrarlo del mundo cruel.

— No lo sé, solo espero que puedan durar mucho tiempo, su relación se ve demasiado preciosa. — Acarició uno de los dedos del contrario.

—Me gustaría alcanzar a verlos para imaginar que en algún futuro lejano... Tú y yo tenemos uno. — El dolor de sus palabras fue más que suficiente para que YoonGi sintiera su pecho agrietarse. — No lo tomes personal, YoonGi. Eres mi primer y último amor, y aunque me hubiese gustado vivir un poquito más, realmente disfruto cada recuerdo que tuve junto a ti, así que no hay remordimientos. — Sonrió. — No pudimos ser más felices de lo que ya éramos. — YoonGi no dijo nada, solo observó el blanco suelo de la cerámica, en un reflejo de lo angustiada que se encontraban su alma en ese momento. — Prométeme que cuando me vaya te darás el tiempo de ser feliz verdaderamente, sin mentiras.

— No digas eso, todavía te queda mucho. — Gruñó. — No te morirás mañana. — Suspiró pensando unos segundos para luego volver a abrir la boca. — Pero te lo prometo, prometo encontrar la felicidad verdadera.

— Espero que ese futuro incluya a Jeongguk. — Bromeó provocando que el pálido se sonrojara.

— Suenas como si lo conocieras, como si supieras que es una buena persona.

— Claro que lo sé. — Sonrió. — Porque con tal solo mirar el brillo de tus ojos cuando lo nombro puedo deducir que es una buena persona. Una persona que iluminó tu vida en la tempestad, aquella persona que sabes que daría todo por tu sonrisa. — Le acarició la mejilla.

— No lo sé, Jimin, ni siquiera lo conozco en persona. — Suspiró — ¿Qué pasa si resultó ser toda una farsa y solo era alguien de la competencia que me quería ver caer? No sabría qué hacer, esto sería un golpe demasiado bajo.

¡Buenas noches Jeongguk! [Kookgi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora