dos.

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Capítulo dos.

Después de lo que me pareció una eternidad, Gemma se cansó (solo un poco) de corretear por todo el parque husmeando en todos los juegos. Al final nos decidimos por tomarnos un descanso así comiamos algo. Nos dirigimos a un puesto en el que vendían algodones de azucar de varios colores, entre otras cosa más. Mi hermanita se decidió por uno cuyo color era un verde muy parecido al de su vestido, pagué y nos fuimos a unos asientos que se encontraban justo al lado de un juego en el qué (por lo que supuse) debías de tirar pelotas hasta derribar una especie de nave espacial. Nada muy complicado. Al mirar a Gemma le pregunté por qué había escogido aquel color, pese a que yo ya sospechaba la razón. Me dijo que era porque le parecía un lindo color y que combinaba con su vestido. Sonreí, me pareció tierna la inocencia de ella, todo era paz y amor, no se preocupaban por nada.
Luego de que ella terminó su algodón, caminamos hasta donde había una persona disfrazada de conejo sacándose fotos con algunos niños, junto a un cartel que decía algo de que por cierta cantidad de dinero te podías sacar una foto con el individuo disfrazado. Hay que admitir que era jodidamente tierno ver como los niños se emocionaban al acercarse, y Gemma no era una excepción, apenas lo vio echó a correr como si si vida dependiese de aquello. Reaccioné y la seguí, no podía permitir que se me perdiera, no devuelta. Al llegar a su lado noté como estaba por lanzarse a los brazos de una de las persoas disfrazadas, pero la agarré de los brazos antes de que pudiera hacerlo.

"Harry, déjame abrazar al lindo conejito." Me dijo con su dulce voz.

"Espera Gemma, no desesperes." Al segundo de responderle, extendí el dinero correspondiente al individuo disfrazado, para que se pueda hacer la foto.

"Toma, cuéntalo si quieres." No lo hizo. Para mi sorpresa, no agarró el dinero. Negó con la cabeza y me hizo señas para que le de a Gemma, así se sacaba la foto. ¿Qué estaba pasando acá? Tal vez le debía dar después la plata, no sabía. Le pasé a mi hermana delicadamente y me alejé un poco para poder tomar la foto. Saqué mi celular y luego de haber capturado aquel momento me acerqué a ellos para intentar pagarle devuelta. Negó devuelta y soltó la mano de Gemma, a lo que ella hizo puchero ya que no quería que la suelte. Le enganché su mano a la mía, para seguidamente hacerle upa. Levanté mi mirada hacia el disfraz de conejo. Él se aseguró de que Gemma (ni ningún niño mirara) y me habló.

"Quédate con el dinero, esta va gratis." dijo. Y oh por dios. Juro que su voz era angelical, suave, pero a la vez ronca. No sé si es posible enamorarse de una voz, pero si lo es, juro que este sería el caso.

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Segundo capítulo. Espero que les guste. Comenten, voten, y eso. Dedicado a Abril por ser la primera en leer mi historia.

bunny. [l.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora