cuatro.

37 4 2
                                    

Capítulo cuatro.

Luego de el vergonzoso momento con aquel extraño (que ahora sabía que se llamaba Louis) me dirigí con Gemma hacia otros juegos para que se divierta antes de irnos.
Viendo como la pequeña niña reía mientras bajaba de un tobogán, recordé los momentos cuando yo era así de joven y la vida resultaba tan fácil, no digo que ahora sea el abuelo de Mirtha Legrand, pero ya había pasado esos tiempos de niñez. Tenía dieciocho años, ni más ni menos. Había acabado hace poco la secundaria y tenía un trabajo.
Es decir, vivo con mi madre, pero no me parecía justo que pudiendo trabajar sea un vago. Así que a principios del año pasado me había puesto a buscar algo que hacer en el verano. Después de un tiempo de repartir mi curriculum, me llamaron de un puesto de comida rápida, la paga era medianamente buena, entonces acepté.
Pasó media hora, quizá un poco más hasta que mi hermana se cansó de jugar y me digo que quería llegar a casa.
Nos estábamos dirigiendo a la salida cuando el conejo de hace un rato apareció frente a nosotros.
"Tu eres el lindo conejito con el que me saqué foto, ¿no?" preguntó Gemma. Me reí ante su pregunto y Louis solo asintió con la cabeza.
"Louis, qué haces aquí no deberías estar trabajando?" Le pregunté.
"Estoy en mi descanso, el que por cierto no dura mucho así que vayamos a lo que importa." Dijo sonriendo mostrando sus perfectos dientes, parecía que tenían la capacidad de iluminar el mundo entero.
"Y qué se supone que es eso?" Le volví a preguntar, extrañado.
"No sé, cuando hablamos brevemente me caíste bien, así que mmm, -se rascó nervioso la parte trasera de su cabeza- me preguntaba si me darías tu número, digo, obviamente si querés, si no no hay problema." Dijo luego de haberse interrumpido entre frase el mismo divagando.
"Claro, no hay problema, dame tu celular -le sonreí, extendí mi mano y escribí mi número en su lista de contactos- listo, nos vemos pronto, ¿Louis, no cierto?"
"Exactamente, nos vemos, Harry."
Luego de aquello, volví a retomar mi camino con Gemma hacia donde había estacionado el auto. Al llegar a casa, dejé a la pequeña en su cama para que descansara después de un largo día de diversión y me dirigí a mi habitación a descansar.
El sentimiento de tirarse en la cama después de un largo día, es muy cercano al paraíso.
En realidad, si hablamos de cosas cercanas al paraíso sería la voz de Louis. Su voz era como escuchar el canto de los dioses. Bueno, ya estaba delirando, mejor me voy a dormir antes que empiece a desvariar más.
* * *
Espero que les guste, si algo está mal escrito, lo siento, hágamelo saber, nos leemos pronto. :D

bunny. [l.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora