Oni. | InoAoi ✓

¡EXTRA!

¡EXTRA!
Srta_Infernal
12/09/2020
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¿Por qué lloraban si no fueron ellos que lo mataron?

Estar alejada de sus compañeros la hizo sentir mejor, ya no podía seguir fingiendo ser fuerte, sentada bajo un árbol al pie de un río, de sus azules ojos caían aquellas lágrimas amargas, enterró su cabeza entre sus piernas, soltando leves llorosos. No podía quitarse de la mente a Inosuke, ella con los ojos cerrados por las lágrimas, clavo la katana y de un rápido movimiento corto el cuello, y grito al cielo nocturno.

— Perdóname...

Susurro.

— ¿A quién le pides perdón? No hay nadie aquí. — Aoi levantó la mirada rápidamente de sus piernas volteando rápidamente al costado del árbol, frente ella reposado en el árbol con los brazos cruzados. — hola... enana.

Sus ojos estaban bien abiertos y brillosos por las lágrimas. — Inosuke... estas... — no pudo terminar gracias al lloroso que se escapa de su garganta.

— Alguien más me dijo como iba la historia... — habla el demonio sentándose al pie del árbol ignorando la joven que se ahogaba con sus propias lágrimas. — El cazador obligó a sus amigos marchar, pudo derrotar a su enemigo y Muzan pudo apreciar el potencial que tenía ese cazador para ser un oni. — la sonrisa del de mechas azules era triste. — Muzan me cambio por otro demonio. — mira a la cazadora de reojo.

Aoi volvió a su antiguo sitio volviendo a estrellar su cabeza en sus piernas, suspiro una y otra vez.

— Los cazadores no me perdonarán... todas las vidas que arrebate.

Podía sentir su tristeza, Aoi levantó la vista notandolo sentado mirando su máscara que sostenía en sus manos.

— Lo único que recuerdo de mi vida humana es la respiración de la bestia y una chica, una niña que me sonríe con vestido blanco y bolas de arroz.

Menciona, Hashibira siente claramente como toman su mano.

— No me importa... tú siempre serás mi Inosuke.

Ella fue acercándose a él lentamente a su rostro, Inosuke sonrió mostrando sus colmillos.

— Aoi — estaban sólo unos sentimientos hasta que su ronca voz la detuvo. — Matame... te lo ordena el rey de la montaña.

Una vez más.

Ambos a pocos centímetros del otro.

Ella dejó caer nuevas lágrimas... y él... junto sus labios con los de ella, un lindo beso salado por las lágrimas de ella.

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Este si es el final... olvide decir que sería cortisimo, espero les allá gustado.

Besitos venenosos.