Todos en la vida tenemos a alguien que nos mantiene con los pies en la tierra y en mi vida "Siempre fuiste tú".
A pesar de nuestras discusiones y desacuerdos nunca me has abandonado, siempre has estado ahí para acordarme de donde vengo, mostrarme los caminos para elegir el mejor y tomar la decisión de para donde voy.
Pues sin más, quiero que ustedes me digan quien es?
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Para que puedan entender todo, mejor les cuento desde el momento en que conocí al chico más importante de toda mi vida y no me refiero exactamente a mi papá.
Una mañana soleada como cualquier otra, de esos días en los que tenía 5 años...
-Rebekah, recoge que llegamos- dice mi madre, una mujer poco amorosa hacia otros pienso yo, que lleva por nombre Mariela Milstein de Williams.
-Rebekah recoge que ya llegamos y tenemos que entrar las bolsas de la plaza.- dice al instante de entrar al garaje. Cuando ya las dos estamos en el baúl al momento de empezar a cargar las bolsas de la plaza aparece un niño, no en las mejores fachas
-Hola!- dice de lo más tierno- Las puedo ayudar?- nos dijo con una gran sonrisa la cual yo le respondo igual, aparenta tener más edad que yo pero no mucha.
-NO, LARGO DE MI PROPIEDAD CALLEJERO- dice mi madre de la forma más grosera. El niño apenado solo se marchó, en verdad me sentí muy mal por él ya que solo quería ayudar. Luego ya solo mi madre encarga de cargar las bolsas de la plaza y entrarlas a la casa.
Días después del desagradable encuentro, me despierto, me ducho y me preparo para ir a desayunar al momento de llegar al desayunador me encuentro con mi padre desayunando, al momento que le saludo me da un beso en los cachetes y me da mi plato de desayuno y encuentro a mi madre buscando algo en la nevera pero algo se me hace extraño y es que no veo por ninguna parte a la Nana (era la ama de llaves hasta que se volvió en mi nana y solo se ocupa de mí en todo momento por esa razón me encuentro muy extraño que no esté aquí).
-Mamá dónde está Nana?- le digo a mi madre al sentarme al lado de mi padre para desayunar.
-Rebekah...- empieza a decirme molesta pero mi papá la interrumpe.
-Beky, ella solicito el día libre- me dice mi padre con una enorme sonrisa poco común y me tranquilizo.
En verdad, me lo encuentro extraño porque que recuerde nunca había pedido un día pero quizás quiere hacer algo y se lo merece. Luego de que papá termina de desayunar deja su plato en el lavavajillas y le hace una seña a mamá que vayan al estudio creo, y se van. Yo luego de un par de minutos termino de desayunar y voy al jardín a ver las flores, la Nana me ha enseñado mucho de ellas y siempre las arreglamos y le hablamos de cómo nos va en el día anterior.
Luego de un rato, se escuchan unos gritos horribles desde adentro y me dirijo a la casa al momento de entrar llega Tom el chofer.
-Buenos Días Tom, cómo estás?- le digo desde la puerta de la casa.
-Mejor mi niña ahora que te veo y tú?- me dice de lo más amable.
-Bien gracias, hablamos ahora- le digo, sin esperar respuesta corro dentro de la casa para averiguar de dónde vienen los gritos.
Al momento de darme cuenta que vienen del estudio de papá, me dirijo hacia allá para ver qué pasa y al dirigirme escucho a mi madre en un tono muy exaltado.
-DEJAME EN PAZ QUIERES? SI LA DESPEDI NO LA VAMOS A NECESITAR MAS, CUAL ES EL APRECIO A ESA MUJER?-grita mi madre desde el estudio, me acerco por curiosidad y escucho a mi padre en un tono un poco más calmado.
-Tienes que entender que el que paga aquí soy yo, y yo decido quien se va o no, por qué no me lo consultaste- dice mi padre más calmado.
-La escuincla ya está grande, va para la escuela en una semana exact...- dice mi madre creo que refiriéndose a mí, pero es interrumpida por mi papá.
-No puedo entender cómo es que dices que la quieres pero hablas como si no fuera TU HIJA, sabes cómo se va a poner cuando se entere que despediste a su Nana - dice mi padre muy enojado, pero sin sobresaltarse como estaba mi madre antes. Y en ese momento entiendo todo, la escuincla soy yo, mi Nana no pidió el día sino que mi madre la despidió. Afectada por lo escuchado, abro sigilosamente la puerta sin que se den cuenta para ver la situación.
-NO ME IMPORTA, ENTIENDELO NI ELLA, NI SU NANA, POR SU CULPA CASI MUERO, NO ME OBLIGUES A QUERER A ALGUIEN QUE CASI ME QUITA LA VIDA, NO PU...- dice de lo más molesta, mi padre la interrumpe y yo no aguanto me pongo a llorar al escuchar todo eso.
-DEJA DE GRITAR QUIERE QUE NO QUIERO QUE LA NIÑA TE ESCUCHE, COMO PUEDES DECIR ESO DE UNA NIÑA QUE NO TIENE LA CULPA DE NADA.- dice mi papá en un tono que nunca en mi corta edad lo había escuchado.
Veo una sombra que se acerca a la puerta y me levanto, en ese momento me encuentro con la puerta de par en par del estudio de mi padre con el dentro y mi madre en la puerta hecha furia, sin pensarlo pongo a correr hacia fuera de la casa, corro y corro sin parar.
Horas más tarde...
No sé dónde estoy, no sé en qué momento me pare de correr y me senté en este parque que nunca había visto, sin más me quedo mirando todo y repasando todo lo que escuche al volver al sentido de la realidad miro a mi alrededor y no parece ser mi urbanización, me pongo a ver a mi alrededor para ver cómo me ubico, ya que estoy calmándome.
Empiezo a caminar en la dirección que creo que vine, pero nada se me parece familiar a los alrededores de mi casa, al contrario todo está como más descuidado.
Me duelen los pies llevo horas caminando y se está oscureciendo y de momento veo un lugar para preguntar, entro.
-Hola, pequeña en qué te ayudo?- me dice el vendedor con cara de malo y no lo dudo dos veces y salgo corriendo, al salir corro a la esquina y el señor me cae atrás, en un momento me pare para ubicarme y el hombre me agarro por detrás, yo empecé a patalear y a gritar lo que podía, cuando ya sentía que me faltaba el aire deje de luchar y sentí como caí de golpe al suelo y el hombre casi me cae encima, en ese momento que veo al hombre en el piso con sangre en la cabeza me pongo a temblar y me ayudan a parar cuando me doy la vuelta...
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Siempre Fuiste Tú
Ficção AdolescenteTodos en la vida tenemos a alguien que nos mantiene con los pies en la tierra, en mi vida "Siempre fuiste tú".