Teach Me | Taegyu.

00. I wanna live it

Capítulo 0. Quiero vivirlo.

¿Cómo te sientes cuando todos, todos, absolutamente todos los de tu salón hablan de sus experiencias sexuales y eres el único virgen?

Bien, ahora mismo me encuentro en esa situación.

—Una vez, me subí con ella encima de la mesa en casa de sus padres y... —Hablaba uno de mis amigos mientras hacía extraños gestos con sus manos mientras intentaba darnos una vista más específica de lo sucedido con su novia hacía dos semanas.

Como no tenía nada que comentar mantenía la barbilla sobre mis puños y codos apoyados en el escritorio.

—En serio fue fabuloso, el morbo del momento, la adrenalina.

Mierda, yo también quiero poder contar algo así.

—Hay personas que les gusta probar cosas nuevas en el sexo ¿no? —Indagó el chico sentado a mi lado.

—Todos los de esta clase ya han hecho sus experimentos —contestó el que en el asiento delantero se hallaba—... Cada uno de nosotros... —añadió arrastrando las palabras.

Su mirada fija en mí, luego la de todos.

¿Qué sucede?

—Beomgyu —me llamó alzando exageradamente las cejas— ¿Qué es lo más loco que has hecho?

¿Por qué me pregunta justamente a mí? De los veintidos chicos en esta clase tuvo que hacerle la bendita pregunta al único que no sabe en carne propia ni lo que es una oral.

Debo inventar algo, pero que no parezca tan ficticio.

¡Tengo una idea! Y... ya se me fue la inspiración.

— ¿Choi? —insistió el extranjero de la mesa de atrás— Venga, nosotros hemos contado todo ¡Te toca!

—Exactamente, vamos, Gyu.

¡Pero es que yo no sé! Ni siquiera he participado en un beso bien dado a mis dieciocho años.

—No será que nunca has hecho nada, ¿o sí?

Todo menos esa frase, no puedo... No puedo ser excluido.

"Deja de ser tan gay"

Recordé las palabras de mi vecina esta mañana. Según la señora, ponerse a gritar el estribillo de "Dynamite" a las tres de la madrugada y besar un póster de Jungkook es señal de que soy homosexual ¿Quién le dijo a esa mujer que podía espiarme? Uno de mis derechos es dejar la ventana de mi habitación abierta, su obligación es no mirar.

— ¿Gyu...? —Realmente me estaban presionando.

Estoy a punto de joder mi dignidad.

—Si no quieres no respon–

—Lo hice con un hombre.

Bueno, ya dije mi mentira ¿Por qué todos me observan como si fuera un extraterrestre?

Juro que nunca sentí tanto arrepentimiento de haber permitido que mi madre me inscribiese en una preparatoria masculina.

— ¿Está en este instituto? —Cuestionó el muchacho alto a mi izquierda.

¿Ahora qué diablos digo?

No hay más colegios masculinos a kilómetros de aquí. Todos me conocen como un libro abierto gracias a mi estúpida necesidad de sociabilizar con rapidez y saben que hace mucho no salgo de la ciudad. Estoy tan, tan, pero tan maldito.

—Es de acá... —dije evitando sus filosas miradas.

"Uhhh" Dijeron todos al unísono.