Estaciones

7 0 0
                                    

Ya ni recuerdo cuánto tiempo estoy varado en esta isla, se pasaron tan rápido los años que ya dejé de preguntarme cómo es que llegué hasta aquí. Nos divertimos mucho en este lugar, las tardes de almuerzo en las orillas del mar eran mis favoritas, jugábamos y reíamos juntos hasta el anochecer. Todas las mañanas siempre conversábamos sobre nuestro futuro, todavía tengo intacto en la memoria que en una de ellas, prometí amarte hasta que el mar siga tocando la arena.

Estos momentos, por más que fueran estaciones, aún los recuerdo con mucha nostalgia. Cuando pasó todo el caos, por fin ahora diferencio que fue lo bueno de lo nuestro. Aunque después te oscurezcas, aún podré ver tus bellos colores.

Cuando te conocí vi a alguien con tanta valentía. Admiraba como podías hacerte amiga de tanta gente, te iba bien en el trabajo y te llevabas bien con mi familia. En la ciudad estábamos muy bien, no sé porque decidiste tan repentinamente venir a esta isla. Te seguí y cambié mis ambiciones, porque creía que las mejores aventuras iban a suceder estando a tu lado.

En la isla, esperaba el cielo; un paraíso lleno de largos atardeceres, vientos templados y noches estrelladas. Al inicio fue así; pero no necesité de tanto tiempo para darme cuenta que estabas disfrazada.

Como un árbol en otoño, todos los días, cada hoja caía; cada mentira, cada idea que creía, se iba al suelo. Tus espinas emergieron y todas tus hojas cayeron, hasta llegar a ver tu raíz, una madera gris, temerosa y fría. Debajo de todo este invierno, siempre tenía la esperanza de que algunas hojas vuelvan en verano y que esta vez se queden, no voy a negarlo, aún tengo esa esperanza.

No te culpo, entiendo el porqué de tu raíz, tu vida fue diferente a la mía, el miedo no dejó germinar tus flores y no lograste superarlo. Intente cambiarte, darte todo mi calor, esto fue lo que me mantuvo tanto tiempo aquí. Pero fue en un momento de lucidez que entendí que ya no quiero cambiarte, porque mi raíz se está enfriando.

No recuerdo cuando me di cuenta de esto, pero si recuerdo lo que sentí. Me imaginé de nuevo en la ciudad, ese tipo que ahora que ya no conozco se comunicó conmigo, me dijo que salga de la isla, que vuelva. Fue en este momento que comencé a despedirme de esta vida llena de otoños, sabía que era lo correcto.

Es por eso que a escondidas, construí una balsa y hoy por fin, zarparé a media noche. Espero que en el trayecto el viento esté a mi favor. Y si hay tormentas, que mi balsa resista.

Fue un placer haberte conocido en la ciudad y verte en la isla. Al escribirte esto me doy cuenta que mi deseo sigue siendo el mismo. Una vida con un paraíso lleno de largos atardeceres, vientos templados y noches estrelladas. Una vida que ya sé exactamente donde puedo encontrar.

Te deseo buena suerte y espero que un día el verano llegue a tu vida.



Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 13, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

ESTACIONESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora