𝑳𝒆 𝑱𝒐𝒖𝒓𝒏𝒂𝒍 ~𝑺𝒑𝒆𝒄𝒊𝒂𝒍𝒔𝒉𝒊𝒑𝒑𝒊𝒏𝒈~ 𝑻𝑬𝑹𝑴𝑰𝑵𝑨𝑫𝑨

𝑺𝒖𝒆𝒏̃𝒐 𝒄𝒖𝒎𝒑𝒍𝒊𝒅𝒐

Yellow se arregló de la mejor manera que pudo, se miró al espejo una vez más para ver si todo estaba en orden y al parecer así lo era.

Tomó su mochila y salió de su casa directo a la estación, observó al cielo y el sol estaba brillando más hermoso que nunca. Algo le decía que hoy sería un gran día. Sacó la tarjeta del metro para pagar su pasaje, subió las escaleras para llegar al andén y lo observó. Estaba en una me banca leyendo un libro.

—Vaya, se mira intelectual. —dijo la chica.

Decidió que le hablaría cuando estuvieran dentro del vagón. En pocos minutos el metro llegó y poco a poco se acercó al chico de cabello azabache. Ambos entraron al vagón y por una extraña razón estaba lleno, algo un poco raro a esa hora del día, pero es no le iba a impedir a la rubia hablar con aquel chico de ojos hermosos.

El metro llegó al subterráneo. Ella respiró hondo. Al estar ambos de pie solo unos cuantos centímetros los dividía. El seguía leyendo su libro. El aroma de su perfume había impregnando las fosas nasales de la chica, eso la tranquilizaba un poco.

El metro poco a poco bajaba su velocidad, eso solo significaba algo malo.

—De nuevo no. —por primera vez lo escucho hablar. Una voz gruesa que hipnotizaría a cualquiera. Era su oportunidad. Tenía que aprovecharla.

—Es un fastidio. ¿verdad? He llegado tarde a clases por ese detalle. —habló la chica, su voz salía un poco baja de volumen pero era audible.

—El otro día que volvía a casa se detuvo de golpe y me lastime el ojo. Creo que lo viste. —respondió. La plática iba fluida.

—Si lo vi, me preocupé un poco por ti. Veo que ya está mejor. Me alegra ver eso. —le dió una sonrisa y este también le dio una.

—¿Cuál es tu nombre? Siempre te he visto por aquí. Y nunca me atreví a preguntarte tu nombre. —se quitó la mochila para guardar su libro.

—Me llamó Yellow. Un gusto en conocerte al fin.

—Yellow... Vaya coincidencia... —dijo. —De hecho, hay algo que quiero decirte desde hace días pero no me atrevía por pena.

—¿Tu también sentias pena? Vaya coincidencia. —ambos se empezaron a reír nerviosamente.

—No lo tomes a mal pero pienso que eres muy bonita. —poco a poco sus mejillas se pusieron rojas.

Esto a Yellow le pareció adorable.

—Y yo pienso que eres muy lindo. —al fin estaba cumpliendo su sueño. —Me gustaste desde la primera vez que te vi. —se confesó.

—Yo igual. Me alegra saber que ambos sentimos lo mismo. —le volvió a sonreír. Su hermosa sonrisa hacía a Yellow feliz.

—Pero, no me has dicho tu nombre. —preguntó la chica.

—Perdón, perdón, es que estoy muy nervioso. —buscó su mano para tomarla, quería sentir su piel . —Es la primera vez que me confieso hacía una chica. Bien, mi nombre es...