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La suela de su zapato rebotaba con nerviosismo sobre el piso, su respiración no era para nada calma.

Nuevamente con el falange de los dedos golpeó tres veces por la superficie de madera teñida de bordó.

"¿Estás bien?" No hubo respuesta. Aparte de sus respiraciones, nada más se oía en el sitio.
El teñido hizo su presencia dando un corto salto en seco al piso del lugar donde estaba sentado y sin decir nada antes aporreó la puerta con sus nudillos, como si de alguna manera dijera en esos golpes todo lo que no puede salir de sus labios.

Un color rojizo acompañado de hematomas se hicieron presentes en ese mismo instante. Akaashi no dijo una sola palabra tampoco, solo quitó la vista de las manos de su compañero porque después de todo los dos chicos se llevaban la peor parte, no sintió que debía decir nada.

"Akaashi te preguntó que si estabas bien"
Habló claro, no tenía emociones en su voz, el azabache solía decir que era un muerto en vida.

Por supuesto que no iba a estar bien, su cordura dependía de un hilo.

Minutos después la puerta se abrió dejando notar unas hebras rojas, Akaashi finalmente exhaló con algo de tranquilidad.

"¿Te duele mucho?" Realmente no quería preguntar eso pero ¿Qué podía hacer? absolutamente nada más que intentar descifrar la mirada extraña de Satori.

Tendou sonrió cínicamente "Voy a hacer lo que sea por estar cerca de él, ya se los había mencionado si no me falla mi memoria"

Akaashi se comenzó a sentirse impotente, tenía ganas inmensas de golpear al dueño de aquellas palabras pero no ganaría nada porque después de todo no era su culpa estar así. "Me enfermas" habló finalmente con un tono lleno de frialdad y salió de esa habitación dejando un aura tensa.

"Quizás tu memoria no es lo único que te falla, Satori" Kenma también dejó el lugar.

Tendou Satori ¿Qué te hicieron?

Al salir del edificio Akaashi inhaló el aire otoñal dejando que sus pulmones gocen del aroma a las hojas secas. Se sentía embriagado por ese olor, por el frío acariciando su cara, por los rayos de sol atravesando las nubes a pesar de que todo esté nublado.

Akaashi amaba las pequeñas cosas y tal vez por eso una pequeña parte de su antiguo yo sigue con dentro de él.

Daría todo por disfrutar de esto cada vez que quisiera.

16:45

Entraba a aquella cafeteria con un ambiente tan calido junto a su acompañante. Realmente no quería mirarlo porque le dolía ver lo lastimado que estaba pero todo fue inevitable, tuvo que ubicar su periférico en aquel labio partido, cuello vendado, y a pesar de estar vestido sabía sobre los brazos y piernas cubiertos de moretones y llenos de cicatrices. No es mi problema la vida del resto.

Antipático, Akaashi.

"Hm?" No abrió la boca para nada, tampoco sentía la necesidad de hacerlo, el azabache era callado y sus palabras eran filosas y directas.

Pero Akaashi Keiji tenía miedo de hacer demasiado ruido.

Por otro lado, Kenma parecía igual que siempre, Kenma estaba vacío emocionalmente, no le daba mucha importancia a las cosas a pesar de lo que le duela. "¿Vamos a pedir?" Sus iris junto con ambas pupilas se posaron sobre el otro quién solo asintió esperando que algún personal se acercara.

Tal vez ellos no necesitaban palabras, las miradas entrecruzadas hablaban y a veces hablaban de más, siempre lo hicieron.

17:56

"Volvamos, hay que trabajar"

"No es un trabajo eso"

La noche caía lentamente en lo que ellos volvían perezosamente al club.

Akaashi miró las masas de gente volviendo a sus casas probablemente. "Es sábado el club estará lleno" murmuró.

"Por ende el antro también" Kenma dijo lo que Akaashi se abstuvo, lo dijo como si fuera a hablar de un bar cualquiera. Pero después de esas palabras no hablaron más.

Sintió un roce que le causó una descarga en su cuerpo y lo sacó de su mente pero cuando reaccionó para ver de quién se trataba él ya estaba demasiado lejos.

Solo vio unos mechones grises desapareciendo entre las masas.

Entonces Akaashi solo maldijo su respuesta lenta a las situaciones.

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