Una investigación reciente del Centro de Estudios Aleatorios, confirmó lo que tanto temía la comunidad científica, que la mayoría de las personas que vive con un gato, luego de un periodo de 3 a 5 años, termina emitiendo sonidos felinos, para comunicarse con su mascota.
Luego de años de investigación, el doctor Gerard Lo confirmó la hipótesis que se había planteado en un paper publicado en una revista científica del país, en donde enuncia que el ser humano, en su constante admiración por las bestias felinas caseras, busca ser aceptado por ellos, por lo que los primeros años, al adoptarlo, lo alimenta, lo acaricia, lo consiente, lo deja apoderarse de su hogar, pero ante la indiferencia del animal, busca por distintos medios ser relevante para el gato. Es así como planteó que el hombre termina maullando para intentar comunicarse con él.
Dentro de los primeros años de estudios en una población de 1.500 dueños de gatos, hombres y mujeres de diferentes razas, edades y situación económica, se comprobó la subordinación que acatan las personas ante sus felinos, quienes siempre terminan mirando desde alguna esquina con recelo a sus dueños, pese a todas sus acciones por agradarlos. 95,8% de los animales solo se acercaron a sus "amos" al momento que se les ofrece comida.
El doctor Gerard Lo detectó además que existe un grado de masoquismo en los dueños de gatos, ya que disfrutan de los golpes generados por sus mascotas y exhiben con orgullo rasguños y mordeduras de estos animales indomables. Incluso evaluó junto al psiquiatra, doctor Sid Freire, que existe una relación de doble vínculo entre ser humano y gato, en que el primero se encuentra atrapado en una contradicción que implica afecto y rechazo del segundo.
"Dentro del estudio, 8 de cada 10 humanos que conviven con un gato se declara hipnotizado por el encanto del animal y que hará lo que sea necesario por obtener su aceptación, incluyendo el maullar para comunicarse con él" -asevera el doctor Lo.
Sobre la reacción del felino ante el humano que trata de entablar conversaciones con él a través de maullidos, aún no se tiene certeza, ya que solo hace un par de meses comenzaron los estudios de qué desencadena en el gato esta acción de sus dueños. "Hasta ahora solo hemos comprobado, en la mayoría de los casos analizados, que el animal solo mira con indiferencia desde la misma esquina, sin reaccionar ante los constantes sonidos gatunos que emiten las personas, sea en el tono que sea"-concluye el doctor Lo, que espera seguir indagando en estos resultados preliminares.
La primera parte del estudio será publicada próximamente en el sitio oficial del Centro de Estudios Aleatorios y en revistas científicas nacionales e internacionales.
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Centro de Estudios Aleatorios
HumorEstudios que a nadie le importan. *Investigaciones y resultados ficticios de situaciones reales y otras no tanto. **Cualquier parecido con la realidad es solo coincidencia.