Dia 1

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Un largo y pesado suspiro fue soltado por el euroasiático mientras miraba como el dueño de su corazón era abrazado muy cariñosamente, muy a su pesar, por el country con escudo de hoja de maple.

Pero no podía hacer nada al respecto, ya que él y el mexicano no eran más que amigos, y ni siquiera amigos muy cercanos ya que el amante del picante de alguna manera se la pasaba evitandolo, era obvio que no lo perdonaría tan fácilmente lo que le hizo en la 2da Guerra mundial, ni siquiera él se lo había perdonado.

Dio otro pesado suspiro para después dar un largo trago a su botella de ginebra, la cual por cierto ya era como su cuarta botella. Continuó viendo con desagrado la escena y decidió retirarse de allí para ir a buscar algo más que beber, no soportaba el ver como alguien que no fuera él se ganaba el corazón de México.

En la cocina se encontró con un pequeño

country que reconoció al instante como el hermano menor de México, Filipinas, comiendo helado tranquilamente sentado dentro del lavabo, Rusia no le presto mucha atención, él no era de esos que se intentaba ganar a las personas cercanas a quien le gustaba para obtener puntos, no era su estilo, si no le interesabas, era como si no existiera para él.

Tomó de la alacena una botella de vodka, hubiera preferido ginebra, pero ya se había acabado.

El pequeño filipino lo miró con curiosidad por un momento mientras saborea su cremoso postre, pudo notar lo ebrio que ya se encontraba el euroasiático

-¿no crees que ya has bebido suficiente? No sabes las locuras que es capaz de hacer una persona borracha-

Comentó no con mucha preocupación el tricolor asiático, le caía bien Rusia, pero realmente no le importaba si terminaba en la cama con alguien indeseable para el de ushaka. El ruso no respondió, sólo dio un gruñido de fastidio y se sentó a la mesa para continuar bebiendo

No deseaba volver a la sala de esa casa, la cual pertenece al amante del picante, en donde por cierto se estaba llevando la celebración de la independencia de su pequeño crush. Dio un gran trago a su nueva botella bajo la atenta mirada del filipino, el cual sólo negó y continuó comiendo hasta acabar su helado.

Pasaron alrededor de 30 minutos y el dueño de la casa entró a la cocina con una mueca de verdadera incomodidad. Vio a su hermano aún sentado en el lavado mirándolo de una manera melosa y suplicante, no hicieron falta las palabras para que México supiera que su amado hermanito deseaba más helado pero no quería moverse de ese, a su parecer, cómodo lugar.

México sólo sonrió, en realidad adora a su hermano y no le molesta consentir a Filipinas. Fue hacia el refrigerador y sacó otro bote de nieve casera que él mismo hizo y lo entregó al contrario

-podrrrrian guardarrrr silenciooo-

Refunfuño el gran ruso sobresaltado a México, el cual no había notado la presencia del país de climas fríos que, se encontraba sentado a la mesa y con su cabeza recargada en la misma mientras utiliza sus brazos como almohadas

-No estamos haciendo nada de ruido Don delicado, ya estás tan borracho que ya no sabes con qué pretexto pelear -

Reclamo molesto filipinas sin dejar de comer, México solo lo miraba de reojo, no es que no le interesara el estado del eslavo, pero es que ellos realmente no eran muy cercanos, bueno últimamente lo eran un poco más, pero el latino no podía evitar pasar que Rusia aún lo odiaba ya que siempre lo veía ¿molesto?no lo sabía, le era realmente difícil descifrar los sentimientos de esa gran mole de músculos.

En mexicano se acercó un poco al ruso y colocó su mano en el hombro de este de manera amistosa para después dar un par de palmaditas.

-Ru, creo que ya bebiste suficiente por hoy, será mejor que vayas a dormir y...

rusmex week 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora