Capítulo 1

4.4K 131 51
                                    


No me estaba sintiendo muy cómodo, desde que vencí a Kaguya, no gracias a la ayuda del idiota de Sasuke o la inútil de Sakura, no podía culpar a Kakashi, las cosas que habían salido de los esquemas de poder que él era capaz de manejar, aunque también podría haberlo entrenado cuando pidió su ayuda, sin embargo, sus actuales problemas eran tres, el primero y menos importante era el hecho de que de alguna manera había obtenido el rinnegan, nueve tomoes en ambos ojos, dentro suyo, sus inquilinos tampoco entendían como eso era posible, según recordaban, habían sido liberados de Kaguya cuando Naruto los absorbió en su sello, ninguno notando el hecho de que se habían llevado parte del chakra de la diosa conejo.

El segundo problema era que no sabían dónde se encontraban, en un intento de Kaguya por liberarse del incesante ninja rubio, creo un portal dimensional llevándolos a un bosque que nadie reconocía, siendo lo primero que hizo crear una fogata, pues era de noche y al menos quería tener luz, más de la que sus ojos le daban en este momento.

-Desatame, devuélveme mi chakra y permíteme matarte – y ahí estaba su tercer problema, de nombre Kaguya Otsutsuki, la cual parecía haber rejuvenecido cuando Naruto le quito chakra, su apariencia siendo similar a la de una amiga Hyuga, con la excepción del cabello blanco y su piel ligeramente azulada.

-¿Puedes por favor quedarte en silencio por un minuto? Estoy intentando saber dónde diantres nos encontramos – Naruto replico con algo de enojo, su agarre sobre sus cadenas de chakra aflojándose un poco, permitiendo que la Otsutsuki respirara mejor.

-Al menos podrías soltarme, en el estado en el que estoy ni siquiera podre herirte – Kaguya dijo, sintiendo su cuerpo empezar a entumecerse.

-Sé que no pero Zetsu negro me odia con creces y no confió en lo que él vaya a hacer – sus ojos se fijaron en la manga izquierda de Kaguya, donde una masa negra intentaba salir.

-Entonces sellalo o lo que sea pero liberame ya, se me está adormeciendo el cuerpo – ella estaba desesperada, cosa bastante notoria para el Uzumaki, quien no se esperó sus palabras.

-¿Pero no se supone que es tu hijo? – él pregunto con incertidumbre y algo de enojo.

-No, es una malformación de mi chakra que apareció cuando mis hijos me estaban sellando, para este punto él no tiene nada que ver conmigo – eso provoco que el Uzumaki parpadeara algo sorprendido, después de todo Zetsu negro siempre le decía madre.

Soltando un suspiro algo exasperado, uso el control de la gravedad que el rinnegan le otorgaba, halando a la masa negra, recibiendo balbuceos inentendibles de este.

-Sabes que causaste el sufrimiento de todas las naciones ninja ¿verdad? – Naruto dijo de manera retórica, sus pupilas cambiando a las rasgadas de Kurama.

-Eso no me importa, mi objetivo ya está cumplido, incluso si muero ahora, ya todo está hecho – eso provoco una sonrisa zorruna en el rostro de Naruto, Kurama siendo quien tomó el control.

-Sabes, Naruto será alguien blando en general pero yo no y a mis ojos merecer arder y gracias a todo lo que ha ocurrido, se muchas maneras de quemarte ¿de qué manera quieres arder árbol carbonizado? – Kurama interrogo, sus pulmones llenándose de aire mientras su chakra cambiaba a naturaleza fuego.

-Púdrete zorro – Zetsu negro dijo, ya sabiendo que está muerto haga lo que haga.

Kurama solo sonrió mostrando afilados dientes afilados a la vez que su pecho se hinchaba, solo para un instante después una gran ráfaga de fuego blanco que en cuestión de segundos convirtió a Zetsu negro en cenizas que también fueron incineradas.

Naruto volvió a retomar el control de su cuerpo, solo siendo un espectador de lo que acababa de pasar, sus ojos pronto se centraron en la algo indiferente y asustada Kaguya, la cual lo miro con preocupación, él soltó un suspiro, toda la situación lo estaba estresando, provocando que se sintiera cansado, sin embargo, cumplió con su parte del acuerdo al liberar de su agarre a la peliblanca.

En otro mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora