Two soldiers [Bucky Barnes] (Three shot)

Two soldiers

[Omnisciente]

— ¡Steve! —Natasha Romanoff llamó al Capitán América, mientras que con un gran esfuerzo ella trataba de ponerse de pie—. ¡Ahora son dos! ¡Ten cuidado!

— ¿Qué…?

El aclamado Capitán América quedó desconcertado por la advertencia de su compañera y miró hacia atrás en busca de alguna explicación a las palabras de la espía rusa. Pero ya era demasiado tarde, al girar desconcertado, Steve Rogers recibió una patada en la cara que logró aturdirlo por un momento y hacerlo retroceder unos metros.

El Soldado del Invierno estaba lejos de su posición, aproximadamente a unos ocho metros tratando de quitarse el artefacto eléctrico que Natasha le había lanzado, entonces… ¿quién lo había pateado?

Como pudo, Steve se puso de pie en inspeccionó su alrededor con rapidez y fue en ese momento en el que quedó aún más sorprendido. Las preguntas de sus cabeza ya tenían una respuesta, pero una que no  esperaba para nada.

Divisó a una mujer, ella estaba vestida igual que el Soldado del Invierno y hasta podría decir que tenían la misma mirada llena de odio y rencor. Ella lo miraba con ganas de matarlo, igual que el soldado desconocido. Al inspeccionar su cuerpo de arriba a abajo, buscando alguna manera de derribarla, se dio cuenta de que ella solo tenía una mano de metal, no el brazo completo.

— ¿Qué? —soltó para sí mismo Steve.

La mujer no se detuvo para analizarlo ni nada parecido a lo que él había hecho. Ella corrió hacia él con una gran velocidad y le lanzó un golpe firme en la cara, pero el Capitán fue más rápido y logró detener su mano, deteniendo el golpe.

S T E V E

¿Qué estaba pasando?

¿Por qué ahora una mujer tan parecida al soldado me ataca ahora?

¿Ella es una clase de "Soldada del Invierno" o algo así?

¿Tenía algo que ver con Hydra también?

Eso era más que obvio, pues era idéntica al otro soldado.

Ella, al ver que yo había logrado detener su ataque, soltó un gritó grave y trató de golpearme con su otro brazo. Pero, al igual que con el anterior, lo sujeté e impedí su ataque. De pronto, un golpe en mi espalda me hizo soltarla y caer al suelo otra vez. Sin duda, el que me había golpeado esta vez había sido el Soldado del invierno.

— ¡Natasha! —le grité a la pelirroja, en busca de ayuda. Al oírme desesperado, Nat corrió hacia donde estábamos los tres y tomó del cuello a la misteriosa mujer.