Un Relato Salvaje (Fly Me To The Moon)

DISCLAIMER: Los personajes del universo de Gorillaz no me pertenecen, son en su totalidad y plenitud de Jamie Hewlett y Damon Albarn. Cabe decir que ya que ellos tomaron prestado a Ace (Y otros) de Craig McCracken, yo también lo(s) tome doble-prestado(s) 

Inspirado en el corto "Hasta Que La Muerte Nos Separe" de la película Relatos Salvajes (2014) de Damián Szifron. 

Un Relato Salvaje (Fly Me To The Moon)

Cuando 2D y Murdoc se dijeron sus votos frente una turba de invitados, hubo muchos ademanes y malas caras.

De previo sabían que no eran la pareja favorita de sus familiares y conocidos, pero guardaron las apariencias y siguieron limpiamente los procedimientos hasta legitimar su romance en matrimonio. En la fiesta, después de los discursos y las fotografías, el salón rebosaba con comentarios sarcásticos y malos augurios, pero ellos se convencieron de cumplir con las tradiciones a contra cualquier impedimento. Murdoc se metió en su rol que se componía por traje elegante, zapatos de gala y una corbata bien arremangada, al estar inspirado por la clásica costumbre de las novias europeas, convenció a 2D de meterse también en ese papel.

Una novia está distinguida por cuatro amuletos. Algo antiguo representa continuidad, 2D llevaba las únicas desgastadas zapatillas Converse que le quedaban de sus primeros años al lado de Murdoc. Algo nuevo representa optimismo por el futuro, 2D aceptó meterse en un vestido blanco que recién Murdoc había elegido. Algo prestado es un signo de felicidad, 2D se acomodó un aro metálico en la oreja que pertenecía a Damon Albarn, su mentor en el canto. Por último, algo azul simboliza pureza, amor y fidelidad, 2D le hizo un nudo a un pañuelo azul que le engalanaba la clavícula.

No le importaba la comezón o las sonrisas bobaliconas, él estaba convencido de que lo que sentía por Murdoc y lo que Murdoc sentía por él era real. Posiblemente no se parecía a ninguna otra cosa, pero estaba ahí, persuadiéndolos a pasar por sobre el escepticismo de los demás con la cabeza en alto.

Porque así es como es el amor ¿No?

2D se repetía eso cada que, como anfitrión de la fiesta, se encontraba con algo que pudiera descomponerlo. Funcionó bien, al menos hasta que andando por el salón y por mera casualidad se encontró con algo que se le atracó en la garganta.

Al instante, la escena lo absorbió del mismo modo que lo hubiera hecho el clímax de una película de terror. Sentada al fondo del salón, Paula Cracker se acomodaba el cabello. 2D reconoció el largo de su cuello estirarse hacia atrás, llevaba un labial oscuro que enmarcaba una sonrisa provocativa. Pero no era ella el elemento que cargaba ese cuadro visual de tensión, estaba también él. Sobre todo, él. Murdoc tenía las manos apuñadas a la espalda de la silla de ella. Como si quisiera darle una atención específica que podría haber pasado por una simple formalidad de no ser por los condescendientes detalles que la volvían especial.

Fue una conversación ligera e indistinguible. Pero cada que 2D notaba sus bocas abrirse para intercambiar diálogos, notaba también su corazón contraerse.

Conocía a Paula Cracker de su antiguo trabajo en el emporio de teclados. Un trabajo que abandonó a disuasión de Murdoc, quién estaba convencido de que Paula estaba tras él. 2D no era capaz de discernir en si tenía o no razón, pero igual Murdoc se había empeñado en repetírselo durante todo el tiempo que paso trabajando con ella y hasta el día que finalmente renunció.

Aparentemente a él le desagradaba Paula, su rostro se ceñía cuando ella venía al tema de conversación y no titubeaba en buscarle calificativos despectivos. Sin embargo, estaba ahí, en su fiesta de matrimonio y a oposición de lo que Murdoc se había encargado de recriminarle durante meses, no parecía interesada en él. A su vez el ajustado vestido negro que se había puesto esa noche compaginaba tan bien con el frac de matrimonio que parecía metódicamente pensado para él. Para Murdoc.