la barra de espresso

Noa

Es una estudiante de universidad, tiene veinte años de edad y trabaja en una cafetería en el centro de su ciudad. 

Tiene tres gatos y perros en casa de sus padres, es fanática de las caricaturas. Actualmente tiene una relación con uno de sus compañeros de trabajo y comparten algunos gustos.

Cuándo entró a trabajar empezó como mesera, le agrada atender a los clientes ya que les da un trato amable y ella cree que con su buen servicio hace sentir bien al cliente durante su instancia.

Sus compañeros de trabajo en servicio son Alberto y Lalo, son los dos chicos de servicio que hacían lo mejor posible para atender al cliente. Se hicieron muy buenos compañeros de trabajo y con Lalo llego a ser una gran amistad.

Después de unos meses en servicio le ofrecen a Noa y Alberto pasarse a la barra de espresso ya que eran los mejores en servicio, así que ambos aceptaron y ahora estaban preparando limonadas y encargados de la caja. Aun no podían preparar lattes ya que estaban a prueba y en lo que estaban de segundo barista deberían de aprenderse las recetas y acostumbrase a la barra.

La dueña de la cafetería Susana cada que iba a entregar compras a la cafetería preguntaba por los principiantes, osea Noa y Alberto. Y cada que podía les repetía a ellos dos que la barra no es para cualquier persona y con el tiempo se dieron cuenta que no es tan fácil como mucha gente cree. 

Esa frase de la señorita Susana solo le daban más animos a Noa para esforzarse más tanto en la practica y teoría de la preparación de bebidas sin espresso y el como manejar la caja durante su turno.