Kamisama Hajimemashita

Capitulo 2: La Diosa Es La Presa

Hola chic@s ¿como están? Espero que estén súper bien. Aquí les traigo el segundo capítulo de está historia así que disfrútenlo.

Aclaración:

El personaje de Naruto y el anime de Kamisama Hajimemashita no me pertenecen.

Comencemos...

Un toque cálido acarició su mejilla, abrió los ojos lentamente y se levantó de la cómoda cama, estirando los brazos.

-que sueño tan loco tuve -bostezo abiertamente- debo de alistarme, tengo una misión que cumplir.

Cuando sus ojos notaron a los pequeños seres que estaban inclinados frente a ella, suspiró resignada y los saludo sonriendo.

-buenos días... ¿Donde estoy? -preguntó ya que la habitación era desconocido para ella.

-en el santuario privado...

-mejor conocido como sus aposentos.

-pero ayer se veía muy diferente -dijo ella poniéndose de pie viendo los muebles y decoraciones que le daba a la habitación un toque mas lindo y hogareño- juraría que se veía peor, ¿Me lo imaginé?

-no, pero usted necesita un ambiente saludable...

-por eso el Maestro Tomoe preparo lo necesario.

-¿Enserio, pero por qué? -cuestiono confusa ya que ese chico no la soportaba.

-ayer logro sellar el lazo divino con el Señor Tomoe...

-y lo hizo su guardián, ahora tiene la obligación de cuidar de su ama.

Naruto los miro unos momentos en silencio, procesando los acontecimientos que ocurrieron ayer por la noche. La unión de sus labios con los de Tomoe llegó a su mente qué hizo que se sonrojara y horrorizara.

-"¡Ay, no! ¡Entonces no fue un sueño o una ilusión! ¡Bese a ese grosero en los labios!" Pensó alterada con las manos sobre sus mejillas- ¿Donde... Donde esta Tomoe?

-¿Por qué pregunta así por él?

-el Maestro lleva esperando ahí desde hace rato.

Ella volteo hacia un lado solo para encontrarse al chico peliplata de rodillas y un aura peligrosa lo rodeaba.

-"lo force a ser mí guardián" Trago nerviosa sin saber lo que el joven zorro haría.

Tomoe giro la cabeza lentamente y cuando pudo verlo, noto que había una sonrisa en sus labios.

-buenos días, Naruto.

-¿Hah?

-tu estancia estaba en mal estado, así que me tomé la libertad de restaurarla muestras dormías, espero que así sea suficiente -hablo sonriendo el zorro- aunque haya sido a la fuerza, ahora soy tu protector y por eso obedecere tus órdenes sin discutir ni rebatir, puedes pedir cualquier cosa que necesites o desees de ahora en adelante.

-¿Cu-Cualquier cosa? -la rubia se inclino para estar a la altura de su ahora guardián, con una sonrisa de alivió- creí que estarías furioso por lo que te hice.

-para nada.

-pues me alegra, creí que querrías asesinarme.

-eso sería poco acertado.

-¿Eh?

-me gustaría más ¡¡Enviarte al olvido!! -grito muy enojado y cuando se puso de pie, su sombra cubría todo el cuerpo de una temerosa chica rubia- ¡Es humillante tener que servirle a una inútil como tu! ¡La desdicha no me dejó dormir en toda la noche!... Pero ya está echo.