III

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Pov Sana

Estaba sobre mi escritorio moviendo de forma frenética mis labios sobre los de mi acompañante, era un amigo, o al menos así es como nos catalogamos a la vista de los demás, él se encontraba entre mis piernas, las cuales comenzó a acariciar con el único propósito de subir sus manos ásperas hasta mis muslos, los cuales separó un poco más para tener un mejor acceso, al sentirme sonrió, y con eso todo empezó.

[...]


Ya había terminado mi "sesión de sexo" con Kai, él se marchó hace unos minutos, por lo que aún seguía arreglándome para verme presentable en la junta que tenía en dentro de 15 minutos.

Llevábamos ya 2 meses haciendo lo mismo, acordar un lugar y hora para al final terminar teniendo relaciones, la verdad no era fanática o amante de las relaciones serias, siento que restringen mi libertad de alguna forma, por lo que llegué a la conclusión de que lo mejor para mí era tener encuentros casuales con las personas por cierto tiempo hasta que me aburrieran, y de momento estaba funcionando de maravilla.

[...]

Terminé la junta con éxito, como era de esperarse, me senté en mi lugar y Momo se sentó delante mío, era mi secretaria, consejera y mejor amiga.

—¿Qué pasa Momo? —cuestioné, estaba en su celular, ya le había dicho que tenía que ser más seria en el trabajo.

—¡Oh!, sí, verás, esta noche habrá una fiesta, es de los Kim, de tu noviecito Kai, por tu cara creo que no te lo mencionó —bueno, es comprensible que se le haya olvidado decírmelo, andaba entretenido en otras cosas después de todo.

—Esta bien, ¿y a qué hora comenzará? —pregunté mientras llevaba mi vista a unos documentos que había en mi escritorio, sí que tenía cosas que hacer.

—A las 9, aparentemente será una fiesta para celebrar que sus ingresos han crecido en éste último mes —asentí, probablemente sólo me quedaría media hora, máximo una, no tenía intenciones de estar más tiempo ahí, me gustaban las fiestas pero a lo que veía hoy tendría mucho trabajo.

—De acuerdo, ya te puedes ir —ella asintió y se fue.

Solté un último suspiro antes de comenzar a trabajar.

[...]

Ya me encontraba en la fiesta, llevaba algo simple pero elegante, era un vestido que me llegaba hasta los muslos, blanco y con detalles negros simulando que eran bolsas.

Me acerqué a la mesa de postres, todo se veía exquisito, tomé un pequeño pastel y voltee a mi izquierda, quería  mostrarle a Momo lo que había tomado pero no pude evitar soltar una risa al ver a mi amiga tomando todos los postres que le fueran posibles en sus manos.

—Momo tranquila, no van a escapar —comenté entre risas.

—Tal vez no lo hagan, pero sí se los van a comer otras personas... Como tú por ejemplo —dijo al ver que tenía un postre en mi mano, la vi acercarse a mi, me lo quería quitar, por lo que rápidamente me lo llevé a la boca.

Al instante en el que sentí todo el postre dentro de mi boca me arrepentí, ahora sentía mis mejillas llenas de comida, de seguro me veía horrible, además de que era muy difícil de masticar, llevé mis manos a mi cara para que no se viera nada mientras trataba de comerme aquella exquisitez, porque después de todo, tenía un sabor increíble.

—¡Una ardilla! —gritó la japonesa mientras apuntaba en mi dirección, por lo que varias miradas curiosas se dirigieron a mí, fruncí el ceño para nada conforme con lo que había dicho, cuando terminé de comerme el pequeño pastel fue mi turno de atacar.

—¡Un Mapache! —ahora yo la apunté, ella se encontraba comiendo, por lo que en ése momento no podía contraatacar, algo que tomé a mi favor.

—¡Já!, ahora ya no hablas —me burlé, en eso sentí una mano en mi cintura, por lo que me sobresalté y giré para encarar a la persona que se atrevía a tocarme de esa forma, era Kai.

—Oh, Hola —Sonreí amablemente mientras retrocedía un paso, no me gustaba que me tocara así en público.

—Hola, tengo información para ti —me hizo señas para que lo siguiera, lo cual hice, algo que aún no había mencionado es que él trabaja para mí, sí, amigo, empleado y compañero en el sexo, un paquete completo.

Llegamos a un cuarto al cual al entrar pude distinguir que era una oficina, nos sentamos en un sillón que había en el lugar y lo miré, quería saber para qué me había traído aquí.

—¿Te acuerdas del ranking de los mafiosos?, ¿y que habías quedado en primer lugar?, o al menos que eso tratamos de hacer —asentí algo confundida, ¿a dónde quería llegar? —pues verás, el encargado de eso o más bien, nuestro contacto, no pudo hacer que solamente quedaras tú, aparentemente vas a compartir el lugar con alguien más, los resultados serán lanzados el próximo domingo.

¿Qué?, ¿compartir lugar?, ¿eso era posible?, no podía ser, eso no podía ser posible, ¿cómo se atrevían?, yo había pagado para ser la primera, ¿acaso tenía que especificar todo?, ¿tan ineptos eran?, suspiré frustrada por la situación.

—¿Quién es? —pregunté de forma cortante.

—Chou Tzuyu, lleva invicta 5 años —dijo.

Con que Chou Tzuyu, había escuchado de ella, pero nunca le había prestado atención, de seguro solo es una niña de papá a la cual destronaría en cuestión de días, después de todo cualquier ser vivo en la faz de la tierra con uso de razón se arrodillaba ante mí, no por algo era la mafiosa más querida y buscada en varios países.  

Sonreí arrogante, creo que ya tendría con que entretenerme, miré al coreano el cual me veía entre asustado y preocupado.

—¿Qué? —fue lo último que articulé antes de salir de aquella habitación.

Busqué a Momo con la mirada y una vez la encontré la tomé del brazo, la saqué de ahí en medio de protestas.

—¡Hey!, ¡Sana!, para, ¿qué pasa? —ya estábamos afuera de la enorme mansión esperando a mi chófer.

—Quiero que investigues todo sobre Chou Tzuyu, la destronaremos y eliminaremos —dije con una pequeña sonrisa, al terminar de hablar llegó mi chófer, por lo que me subí a la limosina sin darle oportunidad de protestar o preguntar tan siquiera el porqué.

Me acomodé en mi lugar para así bajar la ventana y mirar una última vez a la japonesa agregando lo siguiente.

—Quiero todo mañana —Subí la venta y el chófer comenzó a conducir con rumbo a mi apartamento.

Todo el trayecto fue tranquilo, me quedé pensando en cuál sería mi primer movimiento, y a los pocos minutos lo tenía más que claro, pero necesitaba toda la información posible para mover bien mis piezas.

También me llegué a cuestionar si lo que estaba haciendo estaba bien, ya que es un impulso del momento, pero a los segundos descarté eso, ¿acaso eso importaba?, hasta donde sabía ella era un pez gordo, a fin de cuentas me beneficiaría, y vamos, esto era la mafia, acabar unos con otros es parte del trabajo y para eso había venido para empezar, para ser la nueva reina de Corea del Sur.

Sin duda alguna desde ahora todo será un infierno para ella, prepárate Chou, será mejor que goces tus últimos días, por que no tendré piedad alguna contigo.

I Want To... Kill You.  ꞋꞌꞋꞌSatzuꞋꞌꞋꞌ |G!P|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora