-¿Qué quieres ser de grande?- Owen le dio una mirada cariñosa a su hijo menor que yacía en su regazo.
El pequeño de tan sólo 5 años no se lo pensó mucho y casi de inmediato respondió.
-¡Quiero ser el Alfa líder como tú papi!- la emoción era evidente en sus ojitos mientras miraba a su padre y ponía sus manitas en el pecho de éste.
-Yo también quiero ser una alfa.- La niña de 7 años, hija mayor de Owen lucía tan emocionada como su hermano con esa idea. Tanto Owen como su esposa miraron con pena a la niña y hasta cierto punto un tanto contrariados. Owen bajó al niño de su regazo y éste se puso a jugar con las flores del jardín.
-Cariño, no existen las mujeres alfa.- Holly se preguntaba si debía tener más tacto con su hija. Sin embargo aquella idea era completamente absurda y Autum debía tener en claro que aquello jamas sucedería.
La niña estaba claramente afectada y su expresión pasó de ser alegre a ser amarga e incluso molesta.
-Pero... Yo podría ser la primera.- sugirió recobrando un poco la esperanza- Además, ¿qué no hay omegas hombres en nuestra manada?
-Eso es distinto cariño, ellos...- Owen no supo como continuar. Explicar un tema tan delicado a una niña de 7 años no era fácil para él, menos tratándose de su hija.
-Ellos no....-Llevó una mano a su cabeza rascando pensativo, tratando de buscar las palabras adecuadas y tras no encontrarlas sólo le quedó lanzar una mirada suplicante a su esposa.Holly suspiró. ¿Porqué siempre debía encargarse ella de los temas difíciles?
-Autum, es un tema complicado ¿bien?- la mujer se agachó a la altura de su hija - No puede haber mujeres alfa porque...porque eso es riesgoso. Y además ellas no vivirían felices.- finalizó con las manos de su hija entre las suyas.
Autum no sólo estaba más confundida que antes, también estaba más molesta. ¿Por qué las mujeres alfa no serían felices? ¿Cómo podía su madre asegurar aquello? ¿Y por qué eran un riesgo? Autum creía que su madre sólo decía aquello para que ella ya no quisiera ser una alfa. Pero no desistiría. Autum incluso a esa edad era bastante terca y firme con lo que quería o pensaba. Era difícil hacerla cambiar de opinión.
Estaba dispuesta a reprocharle a su madre cuando escuchó algo que la hizó enojar aún más.
-Es más lindo que seas una omega, como tu madre. -a este punto Autum estaba haciendo una mueca que dejaba en claro que estaba furiosa.
¿Cuándo se rendirían sus padres con aquello?
Anteriormente cuando ella había comentado por primera vez su deseo de presentarse como alfa, sus padres sólo habían reído y con el tiempo cuando ella insistía con la idea ellos solo le miraban apenados pero sin decir nada al respecto. ¿Acaso la estaban castigando por algo ahora?
-¡No quiero ser una omega! ¡Quiero ser una alfa!- la niña se soltó bruscamente de las manos de su madre retrocediendo cuando ella intento volver a tomarlas.
-Cariño...- Holly no había visto a su hija tan molesta antes.
De todas formas, ¿por qué ese afán suyo por ser una alfa? La mayoría de niñas aspiraba a ser omega y en algunos casos beta.Intentó tomar las manos de su hija de nuevo y ésta le propinó un manotazo.
-¡AUTUM!- el hermano menor de Autum, que hasta ahora se había mantenido perdido en su mundo jugando se había sobresaltado al escuchar a su padre gritar. Owen miraba serio a su hija. Ella rara vez hacía berrinches, pero esto estaba llegando muy lejos y necesitaba reprenderla antes de que empeorara con esa idea.
Contrario a asustarse Atum le sostuvo la mirada enfadada.
-¡Voy a ser una alfa! ¡Ya lo verán!- les gritó antes de entrar enfadada en la casa, abandonado el jardín.
Holly y Owen estaban sin palabras. Autum no sabía lo que deseaba. Como padres ellos sólo deseaban lo mejor para ella, y sabían con certeza que lo que su hija deseaba era como desear el infierno. Querían que Autum cambiara de paracer, no era sano que viviera aferrada a una idea que jamás se cumpliría.
O al menos eso deseaban ellos.
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A L P H A
WerewolfCincuenta años después de que se declaró oficialmente extintas a las mujeres alfa, Autum una chica del bosque descubre su pertenencia a este rango. A simple vista la noticia le parece maravillosa, pues es lo que siempre deseó. Sin embargo nadie p...