mikrokosmos

dos

- Buenos días Binnie.- Minho esperaba al menor en la puerta de entrada a su escuela, balanceándose en su lugar.

- Hola.- saludó de vuelta, entrando al lugar junto a su amigo. ¡Hoy tocaba cuento, lo que significaba que el chico universo estaría en su clase! A esa hora juntaban a todos los niños en la sala y los hacían dormirse con los cuentos que contaban, pero Changbin no podía dormir. No iba a desperdiciar las únicas horas donde podía observar de cerca al pequeño australiano de un curso inferior.

- ¿Pequeño Changbin? ¿Por qué mira tanto en aquella dirección?- su tutora se sentó junto a él, mirando hacia donde miraba el niño.- ¿Te gusta Yeji? Aún eres muy pequeño, pero es una niña muy bonita. ¡Podéis jugar al pilla pilla!

- No, el chico que está a su lado, tiene galaxias en el rostro. Cuando sea mayor quiero tocarlas.- la docente miró nuevamente al lugar, viendo al chico pelirrojo dormir plácidamente.

- Oh, Binnie, seguro que ahora el pequeño Lix te dejará tocarlas. ¿Verdad que son bonitas? A él no le gustan, ¿no crees que deberíamos hacer algo al respecto?- la mujer acarició los cabellos del chico mientras veía como asentía rápidamente.- ¿Te parece si le haces un dibujo de las galaxias que tiene? Quizá así a él también le gusten.

- ¡Sí! Y pondré muchos colores, ¿qué colores le gustan?- preguntó emocionado. ¡Ahora ya sabía su nombre e iba a regalarle un dibujo! Sabía que no dibujaba bien, los niños se burlaban de él por eso, pero haría lo mejor para impresionar a Lixie y que le gusten sus galaxias.

- Creo que eso es lo de menos.