El Lado Oscuro De La Balanza

2 Todas Las Viejas Leyendas, Son Ciertas.

Las leyendas son ciertas.... Eso me consta...

Tenía aproximadamente siete años, cuando mi madre me habló sobre una leyenda antigua de nuestro pueblo.
Nunca le creí ni una sola palabra, aunque ella fuera la persona más sabia de todo Asgard. Lo recuerdo muy bien.

Era una tarde algo fría, el viento soplaba fuerte, las aves cantaban, y el sol comenzaba a ocultarse, fue ahí donde quise preguntarle.

—Madre— le llame.

—Dime cariño, ¿Que es lo que pasa?— me respondio con toda dulzura.

—¿Que son los destinados?— le pregunte con toda la curiosidad del mundo.

Ella... Tan buena como siempre, me regalo una sonrisa y rodeandome en un amoroso abrazo, me contestó de manera cariñosa.

—Mi niño, los destinados son aquellas personas que nacieron para estar juntos, su lazo es tan fuerte que puede llegar a vencer toda maldad existente, si llegan a separarse, el sufrimiento que sentirán será muy fuerte. Ya que al estar juntos por mucho tiempo, hace que el lazo se fortifique, haciendo que su unión sea más fuerte. Por ningún motivo devén separarse cuando uno de ellos posea la marca.

—¿La marca? — le pregunté sin entender a lo que se referia.

—Lo entenderás cuando seas mayor, solo debes tener paciencia.

Recordar esa conversación con su madre, lo hizo sentir un dolor en el pecho, extrañaba a su madre, pero al estar en la tierra no podía verla, y ahora por tener esos brazaletes, no podía usar su magia para poder contactar con ella.

—Esto es una mierda...

Suspiro con pezades mientras caminaba al baño de la habitación, quería ducharse, y olvidar lo que había pasado ese día, estuvo batallando con la ducha, hasta que JARVIS le indico como poder usarla de manera correcta, jamás imagino que la ducha Midgardiana, fuera tan difícil de usar.
Con cuidado se despojo de su ropa y pesada armadura, dejándola perfectamente doblada en una silla de la habitación, volvió al baño y con agua fría comenzó a asear sé, podía notar como los dedos de sus manos, se tornaba levemente azules, odiaba eso, lo odiaba con todo su ser, pero no podía hacer nada, estaba tan sumido en sus pensamientos, que no noto que había alguien observándolo.

—¿Que es lo que tramas, Hermano? —Pregunto Thor mientras se cruzaba de brazos.

Loki Suspiro con frustración al escuchar la voz de la persona que menos quería ver en ese momento.

—¿Que quieres Thor? ¿Que no te enseñaron a tocar la puerta antes de entrar?—Pregunto sumamente molesto, odiaba cuando hacía eso.

—No necesito tocar tocar la puerta, eres mi... —No termino de hablar, cuando una daga pasó rosando su mejilla, clavando se en la pared.

—Si terminas esa frase.. Juro por todo lo eterno, que no vivirás más...

—Yo no quiero eso.. Pero son ordenes de nuestro padre Loki, debemos obedecer..

—¿Nuestro? Perdón, pero eso suena manada... Ese maldito viejo no es nada mío, así que no haré nada—Cerro la ducha y extendiendo su mano a donde se encontraba la toalla, salió de la ducha, sin importarle, que Thor lo viera desnudo.— No me voy a unir contigo, jamás, primero muerto antes de tener que enlazar me con alguien como tú..

—Loki, no estoy para tus malditos juegos.. —Se acercó a él intentando agarrarlo, pero este desapareció.—Imposible...

—Aléjate de mi... —Mencionó mientras sentía como algo bajaba por su nariz.—Mierda... Si se te ocurre ponerme un solo dedo encima, te voy a torturar de mil maneras distintas. —Con su mano, limpio la sangre que bajaba por su nariz, ya que al usar la poca magia que tenía, lo hacía gastar mucha energía.