Me levanto del sofa de la sala de espera del psicólogo al que a mi madre se le a ocurrido llevarme. Es un lugar bonito, muy bien decorado y algo elegante, pero multiples veces le dije a mi madre que no tenia porque estar aquí. Yo no estoy loca y no necesito ayuda de ninguna persona. Ella insiste en que me la paso deprimida, que no salgo con mis amigas como antes y que no soy para nada la misma. Ya que no quiero hablar con ella decidió traerme aquí para ver al Doctor Ryan Gosling. Probablemente un viejo aburrido que se dedica a sacarle el dinero a las personas que escucha porque no tiene la suficiente emoción en su vida que se entretiene con eso. Creyendo que lo sabe todo y puede ser util en algo.
Molesta por la situación voy por el pasillo y en la primera puerta a la izquierda entro. Esta hay el medico parado de perfil leyendo unos papeles en un cartapacio, probablemente mi espediendo. Al sentir mi presencia se voltea hacia mi.
-Buenas tardes señorita. Dejeme presentarme.- se acerca a mi y extiende su mano como saludo para que yo la tome de la forma mas formar posible.
El psicólogo no era para nada viejo. Tampoco era joven, solo como de unos trenta años. Es guapo, de ojos azul cielo, con un bigote y barba pegada a su larga cara. Vistiendo un traje algo elefante y formal.
-Mi nombre es Ryan-dice con su mano aun extendida miestras yo analizo su apariencia.- Ryan Gosling.
Bajo mi vista a su mano y luego la devuelvo a sus ojos azules haciendo entender que no tengo intención de ser educada con el, ni ser su amiga ni nada. Esta es una situación que me incomoda, no tengo porque estar contandole mi vida a nadie.
-¿Puedo sentarme ya?- digo muy seca.
El doctor, un poco pasmado por mi actitud, con la mano que intento ser amable me señala un sofa. Yo lo observo y voy directamente hacia el para sentarme.
-Pongase comoda, señorita...emm- abre el cartapacio para buscar mi nombre que sin duda olvido.
-Ella Maria- me apresuro a contestar
-Lindo nombre- me sonrie tiernamente
-No hay necesidad de alagos. Espero quede claro desde el inicio.
Ultimamente la brusquedad de mis palabras aumente.Tal ves por eso mi madre insiste tanto.
El doctor se sorprende un poco y traga saliva. Ya va entendiendo que no seré fácil.
-Claro. Es bueno que nos vayamos conociendo.- yo ruedo los ojos tras eso- Pasaras mucho tiempo aqui y tendremos la oportunidad de conocernos mejor.
-Por desgracia.-contesto entre dientes.
-Ella, ya me voy dando cuenta que de verdad no quieres estar aqui. Mis intenciones no son molestar ni forzarte a nada, quiero que eso también quede claro desde el principio. Lo que necesitamos es que nos tengamos confianzas. Estoy aquí para escucharte y aconsejarte. Podrás decir que guardare tus secretos, hasta tus mas oscuro secretos si quieres.- ríe un poco por lo que dijo al final. Como si fuera gracioso, pero no.
Siento que comienza a faltarme el aire. Otra vez ese miedo que crece dentro de mi se hace sentir gracias a sus palabras "tus mas oscuros secretos". Esos secretos que no quiero, que me han traído hasta aquí.
Comienzo a temblar y los recuerdos me imbaden.
Estoy en mi habitación, sola, lista para dormir y completamente segura de que no me molestaran. Mis párpados pesan demasiado y me cuesta tener los ojos abiertos.
Pero un fuerte ruido que azota la puerta y da muchos golpes me hace sobresaltar. Aquí esta otra vez pero no puedo entrar ni hacerme daño.
-Abre la maldita puerta nena. Sabes que te combiene.- suena su voz al otro lado de la puerta muy autoritario.
Me lento de la cama y observo la puerta. Me tiemblan todo el cuerpo. Mi miedo es tan grande que me dice que si no abro las consecuencias serán peores.
- Te estoy esperando nena. Solo quiero terminar lo que comenzamos.
Me tiro al suelo de rodillas y tapo mis oidos. No quiero que pase, no quiero escucharlo mas, no quiero que haga conmigo lo mismo. Solo quiero que se valla, que todo esto sea una pesadilla.
-¡Ella!- grita fuerte, muy muy fuerte. entro en panico. Esta enojado y puede ser peor, mucho peor.
Me levanto del suelo y me acerco a la puerta. Respiro hondo, trago saliva y abro.
De su rostro enojado sale una sonrisa muy retorcida y perversa.
¡Maldición! ¿Porque he abierto?
-Así me gusta pequeña.- dice mientras da pasos hacia mi mientras yo retrocedo otros mas.- Solo vine a darte las buenas noches y hacerte tu cuento antes de dormir. Ven
Me toma del brazo bruscamente para halarme hacia la cama y tirarme en ella. Toma la sabana y me cubre. Cualquiera diría que de forma paternal, y de alguna forma me gustaría que fuera así también, pero por desgracia no lo es.
Lagrimas comienzan a caer por mis mejillas.
-No llores nena. Solo continuaremos con lo de la ultima vez. Ya sabes, mis secretos que ahora son nuestros secretos. nuestros mas oscuros secretos que nadie mas sabra.
Y sin darme cuenta estoy frente al doctor Gosling temblando, con lagrimas anunciando que quieren salir, la respiración agitada y el corazón a mil millas por segundo. Él se acerca a mi confuso por mi repentina reacción.
-Tranquila. Inhala y exhala despacio.
Hago lo que me dice hasta estar un poco mejor. Cuando me doy cuenta que estoy dejando salir lo que me pasa frente a el me levanto del sofa. Lo miro un instante. Quiero pedirle que guarde silencio, que no diga nada de esto y que nunca me haga preguntas. Aunque muy en el fondo necesito gritar todo esto. No puedo soportar este dolor sola pero tengo tanto miedo.
No, no puedo hacerlo.
Salgo de prisa de su oficina. Se que aun no termina el tiempo de mi cita, pero no quiero estar mas hay. No puedo mas.
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Entre Secretos
ChickLitTras un trauma grande en mi vida y muchos secretos que aparecen a la luz me veo obligada a buscar ayuda profesional donde me encuentro con algo...no tan bueno tal vez o quizas si. Todo depende de las circunstancias.