Siempre eres tú ... ||ʀᴀᴘɪᴍʙᴀ||ᴏɴᴇ-ꜱʜᴏᴛ'ꜱ||

El novio de mi hija

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— Sara ... sabes ... no creo que sea buena idea. -Hablo un castaño de mechas rojas y ojos bicolor nervioso, era la primera vez que iba ver a su suegro.

— Por favor Ari, -Exclamo la castaña de ojos marrones que lo acompañaba, era su novia- No están malo, además ya no puedes salvarte. -Hablo con una sonrisa en su rostro.

— ¿Eh? ¿Por qué? -Pregunto.

— Por que ya llegamos.

— Mierda ...

La menor de los dos adolescentes, saco de unos de sus bolsillos unas llaves, ya al terminar ambos entraron a la casa, toda la habitación principal estaba en una completa oscuridad, solo se podía divisar una pequeña luz proveniente de las escaleras que llevaban al piso de arriba.

— Javier que tengas una copia, no significa que debas entrar cuando quieras. -Una voz, algo gruesa y ronca, haciendo estremecer al castaños bicolor, se escucho bajando por las escaleras- Serás idiota ...

— ¿Ahora tratas a tus hijos así? -Pregunto sarcástica la menor.

— ¿Sara? ¡Sara! -Hablo la voz emocionada acercándose- ¡Mi hija! -corrió hacia la mencionada para abrazarle, después de varios meses por fin había visto a su pequeña.

— ¡Papá! -Exclamo para corresponder al abrazo de su padre.

Era un momento muy emotivo padre e hija, pero para el bicolor este solo hacia mal tercio, parecía que los individuos se habían olvidado de su presencia.

— Que bueno que estas aquí, podemos ir donde tu hermana a pasear ... -No termino la oración ya que su mirada se poso en la persona extraña que estaba a un lado de la puerta- ¿Quien eres o que quieres? -Directo y secante.

— ¡Papá! -Exclamo separándose del abrazo- Papá Raptor, Raptor Papá. -Presento.

— Ajá -Contesto el mayor peli azul.

— Ho-Hola ... -Saludo nervioso el castaño.

La menor vio la situación y dio un suspiro pesado.

— Bien, papá, como ya te dije él es Rapto. Mi novio. -Hablo la castaña con una sonrisa, mientras que su novio estaba muriendo por dentro de la vergüenza.

— ¿Qué? ¿Novio? -Hablo extrañado- Que linda sorpresa. -Su tono de voz cambio a uno serio y cortante, se dedico a darle una mirada de odio y desaprobación al bicolor, este solo rezaba que lo tierra lo tragase y lo escupiera en Japón.

— Mmm, los voy a dejar hablar un rato solos. -Hablo la castaña con los ojos entre cerrados mirando a su padre y a su pareja.

— ¿Qué?

— ¿¡Qué?!

(...)

Desde hace más de quince minutos que la castaña menor se retiro de la casa, ella tenia en mente que cuando regresara vería a su padre y a su pareja ser los mejores amigos del mundo, aunque, sabiendo el temperamento de su padre, lo más probable es que cuando regresara la tercera guerra mundial este terminando en su sala.