Dos.2

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-¿Estás bien?  

Joaquin se sobaba la frente por el golpe que tuvo. Alguien la había cogido antes de que el coche la arrollara. 

Iba a agradecerle cuando se fijó en su voz. Era muy grave, como la de un hombre. Se revolvió entre los brazos del chico y salió huyendo.

Corrió durante media hora y luego se detuvo. Se apoyó en una pared para  descansar y comió las galletas.  

-¿Por qué no me has advertido, Max?-le preguntó a su mascota, pero no había respuesta.-¿Max? 

Joaquin tanteó el lugar, tocando solamente aire.  Empezó a dificultarse el poder respirar y los ojos se le llenaron de lágrimas. Tenía miedo. Tenía miedo y estaba solo.

El amor es ciego -emiliaco-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora