Capítulo 3: LA CITA

49 2 0
                                    

Capítulo 3: LA CITA

No tuve que esperar mucho a que llegara pues exactamente cuando la hora y media se cumplió sonó el timbre. Prácticamente corrí para abrir antes de hacerlo me mire en el espejo del pasillo y acomode mi cabello. Abrí la puerta y ahí estaba tan apuesto y sonriéndome de una manera tan hermosa que podría haber derretido los polos.

-Hola.- Me dijo.

-Hola.- Creo que en este momento tenía una sonrisa que decía estoy 100% enamorada de ti.

-¿Preparada para la mejor cita de tu vida?-

-Preparada. Pero ya veremos si es la mejor cita.-

Me llevo hasta su auto me abrió la puerta y nos marchamos.

-Me dirás a donde vamos.-

-Ya te lo dije por mensaje es sorpresa. No insistas.-

-Está bien, pero no me gustan mucho las sorpresas. ¿Qué tal si quieres llevarme a una cabaña escondida en algún bosque y secuestrarme?-

-¡Oh, vamos! ¿No confías en mí?-

Sorprendentemente esta pregunta la hizo con una seriedad que me desarmo y no tuve más remedio que tornar la conversación un poco seria.

-Aunque no lo creas, si confío en ti.-

-Me alegra.- Y volvió a sonreír como si no hubiera pasado nada.

Puso música para relajarnos y seguimos avanzando.

El viaje duro aproximadamente una hora, en la cual cada minuto que pasaba me ponía más ansiosa por saber cuál era nuestro destino.

Cuando llegamos no lo podía creer, era una vista maravillosa, estábamos en un lago muy hermoso rodeado por árboles y barrancos. Definitivamente era un lugar muy hermoso para tener una primera cita. Era perfecto y más porque soy una de las chicas a las que les gustan los lugares naturales no importa si me pican los mosquitos.

-Y ¿Qué te parece?, ¿Te gusta?-

-Sí, es el mejor lugar al que me pudiste traer y que vista.-

-Lo sé, generalmente vengo aquí a pensar, cuando estoy triste o para estar solo. Aquí vine cuando me entere que tenías novio.-

-Lo siento. Pero no encontré forma de decirte, además no estábamos bien.-

-No te preocupes eso está en el pasado.-

Mientras lo dijo se acercó, me tomo de la mano y me acaricio tiernamente la mejilla.

-Ven, por acá hay un prado, he preparado una comida.-

-Está bien.-

Lo sigo nerviosa, me quedo aún más sorprendida, el prado está cubierto de pasto y flores de diversos colores. En medio esta una manta tendida con comida. La verdad es que me muero de hambre.

-Es hermoso.- Digo porque no se me ocurre otra cosa que decir.

-Lo sé, quería compartirlo contigo.-

-Me encanta. ¿Cómo lo descubriste?-

-Mi mamá me solía traer aquí cuando era más pequeño.-

-Oh.- No sé porque presiento que es un recuerdo triste, no quiero que se ponga triste en nuestra primera cita así que decido cambiar de tema.

-Vamos a comer.- Mientras lo digo, lo jalo de la mano hacia la manta.

La comida esta deliciosa, son bocadillos de diferentes tipos, todos riquísimos, no puedo dejar de comer.

¡Otra vez tú! PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora