Sentimientos Encontrados

Capitulo 1: El Reencuentro

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Capítulo I: EL Reencuentro

Desperté, me estiré relajándome un poco luego de haber apagado la alarma. Me siento en la cama asustada de repente, cuando recuerdo que hoy es el primer día de clases.

Mi último año en la cárcel llamada escuela, mi último año de uniformes, mi último año antes de ir a la universidad a seguir un rumbo determinado, ser independiente, tener nuevos amigos, nuevas experiencias, luchar por mis sueños. Porque a mis cortos 16 años tenía claro que, no sería como mi hermano y su año sabático, dónde viajo por Europa con sus amigos. Yo quería ingresar ya, y eso me tiene asustada, no conseguirlo...

- Hijita, Kiara, cariño ven a desayunar tienes que ir a la escuela, vas a llegar tarde en tu primer día – escucho a mi cuidadora o niñera como suene más bonito, como mi Madre las cambiaba cada 3 años prefería no tener afinidad con ninguna, excepto la que me crío desde que nací hasta los 7 años, es la que más duró y a la que más extraño.

- Ya voy Teresa – grite para que pueda escucharme. Teresa la que pone la mesa. Debo dejar de intentar hacer rimas improvisadas que el rap no es lo mío.

Luego del desayuno me despedí de todos, cogí mi patineta, para poder transportarme más rápido. Cuando iba llegando a la casa de mi queridísima amiga Luciana. Luciana era la prima de mi mejor amiga y aunque la había conocido hace dos años nos volvimos muy cercanas pues vivía cerca de la escuela.

En eso, la rueda de la patineta se atrancó y yo salí prácticamente volando exagerando un poco la cosa. Puse mis manos para no caer de cara, pero alguien logró atraparme antes que caiga, levanté la mirada y era un chico impresionantemente hermoso, creo que es un dios griego o fácil un modelo de esas marcas de ropa interior famosas, me solté de él, le sonreí y él me sonrió con esa sonrisa "Soy el más bello, y todos se mueren por mí". Rodé los ojos.

- Bueno, ¿gracias? Creo - dije de mala gana y me comencé a ir.

- De nada, estaré a tu servicio cuando me necesites, mi lady - me agarró del brazo para que no me vaya. Aunque, lo hizo con la tal fuerza que no me dolió, pero sí consiguió que me volteara a verlo.

- Mm... Como digas, me puedes soltar para irme que estoy contra el tiempo - le dije mirando su mano en mi brazo.

- Esta bien, tienes razón lo siento, ya no te molesto - me soltó. Yo asentí y me fui a tocar la puerta de mi amiga, pues sí, estábamos prácticamente en la puerta de su casa. Puse mi patineta en la mano para dejarla cerca de donde uno se cambia los zapatos en la entrada, pues en el colegio en definitiva no permitían patinetas.

- ¡Oye, Kiara! ya viste al chico nuevo esta guapísimo – comentó Luciana cuando llegamos a nuestro destino. Ya que, su casa estaba muy cerca de la secundaria a la asistimos, literalmente a dos cuadras.

-Em... no - respondí desinteresada leyendo un libro que me habían recomendado. Aunque la verdad mi chismosa interior se moría por saber quién era el chico nuevo, prefería en este preciso momento leer. Igual, lo iba a conocer después de seguro.

-Bueno, entonces, mira allá va caminando, llegó con su mejor amigo- mire hacia donde me indicaba mas no lograba verles bien la cara porque estaban muy lejos, ya que según el oculista tenía una leve miopía, pero como era leve no utilizaba lentes muy seguido. Y seguí con lo mío - Le entro a su mejor amigo porque con vecinos mejor no me meto– giré los ojos, y me reí de mi amiga. Ella siempre le gustaba pensar en chicos - Oye, ese ¿no es tu hermano? - dijo entusiasmada al inicio y termino con tono de confusión.