Prólogo

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Nuestro princes... Digo nuestro chico favorito, si eso, para nada teñido, estaba viendo como sus compañeros de clases querían quitarle la ropa a  nuestra topo favorita con la mirada mientras hablaban con ella, y Mari parecía que ni cuenta se daba porque estaba hablando felizmente.

A Adrien se le vinieron dos ideas en mente: una, que a ella le gustaba que la vieran así; o dos, que Marinette era tan inocente que no lo notaba.

Sin embargo la primera no tenía mucho sentido para él, pues Mari era una niña de bien; así que la respuesta definitivamente era su segunda idea. Y para el rubio eso sin duda era alarmante ya que todos esos buitres de seguro querían sobrepasarse con su buena amiga, así que como buen caballero y amigo de la azabache se dispuso a alejar a todo aquel que fuera potencialmente peligroso o mala influencia para su amiga, y eso no lo hacía porque estaba celoso. No.

Con su plan ya en mente el ojiverde se fue a paso veloz donde estaba su amiga.

–Marinette -dijo el rubio para nada celoso

La chica al estar hablando ni cuenta se dio que su amigo llegó, y cuando él habló la hizo dar un salto del susto.

–Adr-adrien casi me da un infarto -suspiró- ¿Ne-necesitas algo? -preguntó la azabache de manera algo tímida

–Sip, ocupo que expliques algo -dijo el rubio alejándola de la "mala influencia"- no es que este celoso no nada de eso solo ocupo que me ayudes -dijo ya cuando estaba a una distancia decente de la "mala influencia", con una sonrisa es su rostro

–¿Celoso? -preguntó la azabache incrédula

–¿Eh? Bueno dejando este tema de lado... ¿Podrías venir hoy a mi casa?

–¿Tu casa?

–Si ya sabes, para hacer la tarea de Artes, es que a mí se me da algo mal (fatal) el dibujar. Entonces ¿Que dices? ¿Me ayudas? -preguntó haciendo ojitos de cachorrito el rubio

–Si, te voy a ayudar, perooo ¿Tú padre no se va a enfadar? – preguntó ella sabiendo como es Gabriel Agreste

–Ñiop -dijo un poquito (muy) infantil el rubio- yo le voy a decir que voy a hacer una tarea cuando lleguemos

–Ok un momento... -hizo una pausa al darse cuenta de algo- ¿Cuando lleguemos?

–Sep, así que te espero en la salida -le apretó la mejilla mientras se iba- apúrate o vas a llegar tarde, como siempre -le dijo mientras avanzaba hacia el salón

–O-ok... no me volveré a lavar la mejilla -dijo la sonrojada azabache mientras se dirigía por donde se fue el rubio

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¡Hola! ¡Salut!

Mis lind@s miraculers, ya sé que todavía no eh acabo mi primer historia (ni siquiera voy por la mitad) pero tenía esta historia hace días y me pude resistir y la subí (también no me a picado el bichito de la "inspiración" y por eso no eh subido más capítulos de mi primer historia) está historia es muy distinta a "No debiste ilusionarme" ya que en esta quise poner un poco de "humor" (según io) y bueno hasta aquí el primer capítulo de esta historia espero les haya gustado. A y gracias a todos los que leen mi historia (ya sé que no son muy buenas) los amo mucho y otra cosa...
¿Les gustaría que continúe está historia? Si es así no olviden votar.

¡Chiao! ¡Chao!
Los amo

¿Yo Celoso?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora