vigésima nota.

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"Pensé que nunca volvería a escribir una de estas notas,
pero no tengo tu número,
como tampoco me atrevería a decir eso en tu rostro.
No sé quién te piensas Tadashi,
tu fuiste el que dejó de hablarme,
tu fuiste el que no se despidió cuando me fui
tu fuiste quien a la segunda llamada contestó
para decirme que no querías saber nada de mi
tu fuiste quien rompió mi corazón cuando yo no buscaba nada más que conocieras mis sentimientos.
¿Que te dió el derecho de ir a mi primer partido profesional?
¿Quien te dió la gloriosa idea que ir acompañado de Yachi no me incomodaria?
¿Quien mierda te permite seguir siendo dueño de mi corazón? Porque yo no quiero que sigas estando ahí.

Por favor, no vuelvas a venir a ninguno de mis partidos.
Por favor alejate de mi.
Por favor, no me vuelvas a sonreír.
Por favor, no vuelvas a hablarme.
Por favor, no vuelvas a tocar mi brazo y llamarme "Kei."
Por favor, nunca más digas "Gomen Tsukki" mientras intento irme para que no veas mis lágrimas.

Te sigo amando, pero no creo poder ser un amigo y caminar a tu lado. "

• • •

Tsukishima se colocó las zapatillas y dejó la puerta con llave, se subió al primer taxi que se cruzó e indicó la dirección que Kageyama le había facilitado, no era tan cerca como esperaba.

En todo el camino no pudo pensar con claridad, solo recordó los últimos 4 años sin saber nada de él, desde el día que una llamada terminó todo se digno de dejar de seguir en sus redes sociales a la pareja, y cuando sus amigos los verían, Tobio, quien era muy cercano al rubio, le avisaba para que está vez no apareciera, el pelinegro luego de que quedarán a dos dormitorios de distancia en la universidad, se había convertido extrañamente en su mejor amigo, y descubrió el secreto que tanto atormentaba al rubio, así que hacía lo posible para que no sufriera más, pero también se privaba de hablar lo que fuese sobre la pareja.

Cuando el taxi freno pago y se tomó su tiempo para bajar, era un gran edificio departamental, 15 F decía el mensaje, pero sus dedos temblaban frente al tablero de botones, corre, gritaba su cabeza, pero debía dejar la nota y no había buzones frente a él, debía dar la cara.

Siguió peleando con su mente durante cinco minutos, cuando una dulce voz lo despegó de los mismo, mierda.

-¿Tsuki?

-Toma. -extendió la nota sin verlo a la cara, nsi lo hacía comenzarían a caer las lágrimas y no quería, pero tampoco sentía que sus pies fuesen a obedecer sus pedidos de que comenzarán a caminar.

Extrañado Yamaguchi tomó la hoja y rápidamente la desdobló, leyendo, Kei seguía petrificado, realmente su cuerpo no reaccionaba.

-Tsuki...

-Para, te pedí que...

-Tsukishima mírame, por favor. -dijo su voz suavemente, pero se sentía entrecortada, rápidamente Kei levantó la mirada para encontrar esas preciadas pecas manchadas de lágrimas. - Gomen Tsukki. Gomenasai. - dijo mientras se acercaba lentamente. - Yo también te amo Kei, por favor, no corras.

-¿Que dices?

-Cuando recibo el estuche yo... Yo dejé a Yachi, pero seguimos siendo amigos, ella en primero sabía que gustaba de tí, pero luego las cosas se confundieron y bueno, pero nunca deje de amarte. -Kei sintió que se desmayaría ahí mismo, ¿Nunca deje de amarte? - Hinata y Hitoka insistieron que fuésemos a tu partido y te dijera todo, pero no me dejaste hablarte, supuse que ya no te interesaba y me dolió tanto Tsukki, había llegado tarde, por favor no te vayas.

Kei no se resistió, corto la distancia que había en medio de los dos y lo abrazo, llorando los dos como si nadie pudiera verlos, como si nunca se hubiesen separado, como si aun fuesen dos niños asustados por la tormenta eléctrica que azotaba su ventana.

Estuche de recuerdos • tsukiyamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora