A diferencia de lo que se dice por ahí, Third Reich no fue un despiadado genocida, pero sí la cara que quedó guardada en los recuerdos después de tantas muertes.
Desde su "nacimiento" en 1916, tuvo una correcta y estricta educación a pedido de su ausente padre. Pero incluso con tanta preparación, solo era un adolecente de 17 años cuando todo el imperio alemán quedó en sus manos. Sus días pintando cuadros se habían convertido en reuniones con un hombre frustrado que solo buscaba desquitarse con el mundo por no haber podido cumplir su sueño. Pasó de cantar y reír mientras acariciaba a sus preciados perros a tener que manejar un ejército con mano dura y frialdad. Y en lugar de desvelarse leyendo libros, debía cuidar a un pequeño bebé que apareció a su lado en una noche fría.
Alemania. Su pequeño y tierno Alemania. La razón por la cual se esforzaba cada día.
No haber tenido un buen padre no le impedía ser uno decente para su hijo. ¿Fue complicado? Claro, todavía no era un adulto. Pero parecía ir por buen camino.
Había algunas cosas buenas en su trabajo, como el poder prohibir la cacería y el maltrato animal, o hacer que sus soldados no fumen cigarros con nicotina, evitando el rápido desgaste de su salud. Y cómo olvidar sus excelentes trajes militares diseñados por HugoBoss? Su autoestima subía un poco cada vez que utilizaba su uniforme, aunque luego se sintiera algo culpable.
Hizo amigos y enemigos, así que no se sentía tan solo. Aunque Reich se imaginaba que no iba a pasar mucho tiempo antes de que su hijo heredara todo, con Hitler perdiendo cada vez más la razón, no se sorprendió que hiciera cosas a sus espaldas, no se sorprendió que atacara en un mal momento y terminara muerto. Pero si se sorprendió cuando uno de sus soldados se disfrazó de él para que pudiera huir, para que no muriera ahí, para que pudiera hacer su vida de nuevo, como si esos 12 años nunca hubiesen pasado.
Se negó al principio, se lo merecía por no haber podido evitar que su líder rompiera la alianza con URSS. Se lo merecía por no haber podido dejar un mejor país para Alemania. Se lo merecía por no haber evitado tantas muertes. Pero al mismo tiempo, si se salvaba, podría ayudar a su pequeño desde la distancia, y quizás, algún día podría pedirle disculpas por haber fallado como padre.
¿Unión lo extrañaría? ¿Algún día podría disculparse o era mejor no volver a mostrar su presencia frente al soviético? No lo sabía. Pero deseaba poder verlo aunque sea una vez más.
Así que huyó. Huyó a Argentina dejando atrás su dignidad y orgullo como soldado, un cadáver que todos pensaron que era de él, y siendo el total villano de la historia.
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¿Y ahora qué?
RandomArgentina está cansado de ver a su amigo tan melancólico, asi que decide hacer algo al repecto. ¿Su plan funcionará o tendrá que pedir ayuda? Hay algo que deberá aceptar: Los latinos cuentan chismes tan raros que uno no sabe si son ciertas o solo e...