Gato.

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Gato.

Harley estaba en su primer año de universidad cuando tomó la decisión de adoptar un gato. Así es, un gato. De pequeño no tuvo mascotas, no es que no quisiera, más bien no se creía lo bastante responsable y no iba a tener a un pobre animal a su cuidado sin estar seguro. Y es por eso que ahora tiene a una pelota negra durmiendo en su sofá.

Claro que para tomar esta gran decisión primero debió hablarlo con sus compañeros de piso. Pietro y Jason estuvieron encantados con la noticia, Jason dijo que lo ayudaría ya que tenía mucha experiencia con los animales gracias a su hermano menor (al parecer Damian estaba armando un zoológico en casa) y Pietro pondría de su parte. También habló con sus hermanos, Peter lo apoyó, pero también se lamentó por el pequeño animal que viviría entre ellos. María le pidió casi a suplicas que adoptara un gato adulto, dice que las personas no los adoptan, y así fue. Cumpliendo el deseo de su hermana menor adoptó un gato de dos años y medio.Era bastante pequeño para tener dos años y medio, negro y muy mimoso, se le acurrucó en las piernas a Jason a penas lo vio.

–¿Aún no le dices a Harry? –El joven robin tomó al gato con ambas manos y caminó en dirección al rubio.

–Quiero que sea sorpresa.

Era viernes.

Los fines de semana Pietro y Jason se van a visitar a sus familias, a Pietro no le toma mucho correr hasta casa y Jason vive bastante cerca, lo que deja a Harley sólo en el departamento y eso, mis amigos, significa una cosa: Harry de visita.

El departamento de Harry queda a quince minutos caminando y siempre va por el caminando porque le encanta volver de la mano y oírlo hablar de todo lo que ha pasado en la semana. Harry parece un niño cuando habla, se emociona bastante rápido y en alguna ocasiones se queda rondando en una idea. Cuando ya están llegando y sólo les queda doblar en la esquina para llegar al edificio, Harley comienza a sacar sus llaves.

–Y está empezando a hacer frío. –Menciona entrando al ascensor. –No traje suficiente abrigo, vas a tener que prestarme algo.

–Espero que no sea una excusa para robarme otro suéter. –Bromeó el más joven saliendo del elevador. –Aún no me devuelves el que te presté hace dos meses.

–¡Sí lo hice! Tú eres el desordenado que pierde todo... –Se quejó caminando detrás de su novio para esperar que abriera la puerta. –Si tuvieras tu habitación un poco más limpia estoy seguro que lo... –El chico entró y sintió algo pegarse a sus piernas. –¿Gato?

–Sí...

–¿Adoptaste un gato? –El animal se enroscaba en las piernas de Harry y pasaba sus bigotes por sus zapatos.

–Lo adopté el lunes y no quería decirte nada para que esto fuera una sorpresa... –Sonrió y espero que su novio se moviera o algo porque lo único que estaba haciendo era quedarse quieto viendo al gordo animal. –Bebé, ¿Estás bien?

–¿Cómo se llama? –Lentamente se puso de cuclillas para no asustar al gato, ambos se miraban fijamente como si estuvieran haciendo una batalla de miradas. –Eres muy gordo. –Sonrió tocando la cabeza del pequeño animal.

–Se llama Timmy...

Luego de ese primer encuentro, Timmy no dejó en paz a su novio. El gato buscaba la manera de estar sobre las piernas de Harry y claro que al castaño no se negaba, el calorcito que el gato emanaba era perfecto para esos inicios de días fríos. No iba a decir que estaba celoso de un animal, claro que no, eso no se puede... ¿O sí? Pero él también quería mimos de Harry.

–¿Sabes? Cuando era niño siempre quise un gato. –Comenzó contando. –Pero como siempre estaba viajando con papá, era imposible tener uno y cuidarlo. –Siguió contando y acariciando el mentón del felino.

Y ahora se sentía mal por querer sacar a ese gordo acaparador de novios de sus piernas. –Bueno, él puede ser nuestro gato. Podrás venir a verlo cuando quieras y además, se ve que ya le caíste muy bien. –Sonrió agachándose un poco para ponerse a la altura de su novio que estaba sentado en el sofá.

–¿Te quieres sentar? –Lo besó rápido y con cuidado se hizo a un lado sin moverse mucho para no molestar a Timmy.

–También quiero. –Apoyó su cabeza en el hombro de Osborn esperando que le hiciera masajes.

–Esto es como tener dos gatos. 

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¡Hola! ¿Cómo están? Espero que bien <3

Bueno, les cuento, iba a escribir algo re triste pero de la nada me pegó el querer hacer algo más bien super fluffy. Tonces' pasó esto. Ojalá les guste y como siempre: 


Muchisimas gracias por leer, de verdad, es una gran apoyo el que dan. Son un amorcito. Besos y nos vemos el viernes que viene. 

Perpetuo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora