-Capítulo único-

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-_L0st_Soul_-

Oneshot inspirado en
Low Hum - Comatose

N.O.

-¿Han sabido algo de Kai?- Preguntó, efectivamente, Adam al por fin juntarse con sus amigos, pero faltaba su chico favorito.

Oh, sí... El pelirrojo; últimamente a estado muy depresivo, está todo el día encerrado en su habitación haciendo quién sabe qué y esto era confirmado por el mismísimo Davis que había hablado con ellos. Además que esas acciones los asustaban, pues, Kai ha sido muy pegajoso en el buen sentido y siempre le gusta tener de compañía a sus (únicos) amigos; pero esta vez no era así.

Se encontraban en Santas Donas, sentados en una de las mesas del lugar, el sol se estaba ocultando en ese momento. Habían invitado al anterior mencionado pero no había caso en que él de señales de vida (aunque sí daba, cuando él apretaba el botón de colgar cuando tú llamas a su número).

-No, no lo he ni visto en la ultima semana.- Habló Vanessa. -Está en su casa, está bien físicamente, pero de animo es otra cosa totalmente diferente; no sé que le pasa.-

-¿Intentaste hablar con él, por lo menos?- Le pregunto Mira.

-Se reúsa hacerlo.-

-Hace tan solo ocho días hemos llegado aquí, a este mundo; probablemente está así con relación a eso.- Dedujo Reeve sobándose la barbilla con su pulgar y el dedo índice. 

-No sabemos qué le pasa exactamente; aquí lo conocemos la misma cantidad de tiempo.- La chica con mechones azules estaba preocupada por Kai. Saber que no sucede la volvía loca.

-¿Y si trato de llamarlo?- Sugirió Vanessa con la voz envuelta en una pequeña capa de esperanza.

-No creo que conteste, pero aún así inténtalo.- 

-Esta bien...- Sacó su teléfono de su bolso colgado en la silla donde estaba sentada.

Busco al contacto indicado; presionó el botón verde nombrado -llamar-. Rezó a los dioses que esta vez si contestara. Las veces anteriores sólo la dejó en el buzón de voz.

Lo colocó en altavoz para que los demás puedan escuchar.

Se escuchaban nítidamente los pitidos de la propia acción.

Todos atentos.

Y contestó.

Hubo un silencio, ni esta y ni la otra parte hablaba, ni emitía ningún ruido. Todos curiosos, no se atrevían a pronunciar una palabra o emitir un pequeño ruido o moverse de sus sillas y que sonara un crujido por parte de esta.

-¿Kai?- Pronunció Vanessa en un susurro audible para la llamada en curso y para los demás. Rompió la incomodidad, o tal vez sólo un poco.

-Estoy bien. No necesito que alguien venga.- Mintió Kai en la primera parte; en la segunda, él les había leído la pregunta en mente. A los oídos de Adam sonaba triste y melancólico. Su voz se oía seca, pareciera que no hubiera bebido agua en días, probablemente eso era la consecuencia de llorar.

Y apenas terminó el pelirrojo, colgó.

Otro pitido más grave se oyó, provocando que la de pelo rosa guardara el teléfono.

Se encogió de hombros.

-Por lo menos esta vez habló.- Mencionó ella.

-Sí, pero no dijo la verdad. Él es alguien directo, no miente.- Se paró del asiento.-Él de verdad está mal.- Dijo Adam tras pararse del asiento para luego arreglarse el abrigo que traía puesto.

𝘿𝙀𝙋𝙍𝙀𝙎𝙎𝙄𝙊𝙉 ⇆ 𝙆𝘼𝙄𝘿𝘼𝙈 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora