Comienzo

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Ymarks, el hechicero de Ambruk, estaba haciendo un nuevo muñeco budú cuando una sombra saltó hacia él. Por suerte Ymarks consiguió sobrevivir al primer ataque, pero la sombra se lanzó hacia él sin piedad, pero Ymarks fue más rápido y agarró una daga que tenía en la mesa y a tientas se la clavó en el costado derecho. Al instante, la sombra se desvaneció. De pronto Ymarks vio a una criatura magnífica surcando los cielos. Miró a su alrededor y comprobó que su pintoresca cabaña había quedado destruida tras el combate.
Consultó un viejo volumen de bestias mitológicas y buscó a la criatura. La encontró y descubrió que era una especie de criatura con cuernos, un hocico largo y puntiagudo con una boca que le cubría toda la parte de debajo de la cara. Su cuerpo era rayado con tonos marrones y grises y tenía cuatro alas. Sus cinco patas, delgadas y elásticas, pero terminadas en garras, eran negras. Ymarks descubrió que sus cuernos tenían una fuerza impresionante ya que estaban hechos de un material muy poco común en la Tierra.
*****
Eran las cuatro de la tarde del mes de noviembre. Hacía justamente nueve meses del eclipse. Justo a esa hora llegaron junto a Ambruk dos forasteros. Sorprendidos al ver tanto caos y tanta muerte por las calles, los forasteros decidieron marcharse, pero algo se lo impidió. De un coletazo, una criatura espeluznante apareció de las sombras e hizo desenvainar una espada a uno de los forasteros.

Confuso por el golpe, exigió saber el nombre de la bestia y los motivos que le habían llevado a aquella ciudad.

-Mi nombre es Felmix- Dijo la criatura- Mensajero de la muerte y portavoz de la sangre-. Hizo una pausa.- Mis motivos son cosa mía.
Entonces el forastero descargó su espada contra el cuerpo de la bestia, pero esta lo esquivó con facilidad. El otro forastero se quitó la capucha de su capa y de una vaina sacó una vara de, aparentemente, poco interés. Era larga y con una piedra muy pequeña y de un tono verdoso en la punta. El forastero, o mejor dicho la forastera, volteó su vara y un destello se produjo en la piedra de ésta. De pronto una línea de luz blanca salió de la piedra. Entonces Felmix, que estaba pendiente del otro forastero, se dio cuenta de que aquel rayo de luz iba directo hacia él, pero fue demasiado tarde. La línea de luz empujó bruscamente el cuerpo de la bestia contra el suelo produciéndole grandes magulladuras y profundas heridas.
Felmix fue listo y fingió su muerte y cuando la forastera se acercó para comprobar que así era, Felmix aprovechó para morder su cuerpo y partirlo en dos mitades

La bestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora