Gabriella, Francisca, Samantha y yo, pasamos de ser unas simples compañeras de puesto a ser muy amigas, los recreos juntas, almuerzos, las clases se basaban en nosotras riéndonos y hablando de cosas sin sentido.
La típica clase de Lenguaje acababa de finalizar, siempre lo mismo, aclarar dudas sobre la comprensión lectora del mes, nada nuevo, nada novedoso, pero esta vez algo raro pasaba, Samantha, que se sentaba a mi lado, se notaba pálida, se apretaba el estómago mientras se recostaba en la mesa. Apenas Gabriella se percató de la situación se acercó a hablarle:
"Estás bien, te duele algo?"
Samantha le contestó:
"Me duele mucho el estómago, es un dolor insoportable."
Mientras se retorcía de dolor, Gabriella y Francisca la agarraron, una de cada brazo, y se la llevaron a enfermería. Yo; en la sala, sin comprender la situación, simplemente esperé hasta saber algo más.
Al llegar a mi casa, estaba exhausta por lo largo y eterno que había sido el día para mi, aunque estaba algo preocupada por Samantha, después de la última vez que la vi, lo único que supe de ella fue que se había ido a su casa, sin soportar el dolor de estómago.
Apenas mi mamá llegó a la casa, corrí a abrazarla, como siempre, para preguntarle cómo había ido su día, aunque esta vez ella no estaba igual, noté preocupación en su rostro y le pregunté: "Que pasó?" me dijo: "La Samy, está internada en urgencias, tiene apendicitis, la van a operar". Mi rostro empalideció.
