(prólogo) ━━ A FAVOR

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prólogo

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prólogo

24 de diciembre.
1994.

SU ROSTRO SE ENTIBIO en cuanto el vapor proveniente de la taza se acercó a sus labios.

Sentada en la vereda de su casa, apenas siendo iluminada por las luces navideñas colgadas del tejado y uno que otro farol de la calle encendido visualizo a lo lejos como el resto del vecindario apagaban sus hogares listos para ir a dormir.

Maeve estaba más que acostumbrada a la soledad, siempre teniendo una idea totalmente diferente a lo que muchos habrían de esperarse de una muchacha que a simple vista habría de verse como delicada. La gran mayoría de las veces, la habrías de encontrar luciendo vestidos floreados y sencillos con los cuales se paseaba por todo el vecindario. Pero esa noche en particular, de haberla visto y conocido, habrías de jurar que no era ella y hasta hubieras apostado de que un clon totalmente idéntico físicamente había tomado su lugar.

Quizás fuese el sombreado oscuro alrededor de sus ojos, la trenza de lado o los pantalones de mezclilla gastados los que hacían provocaban este aspecto en ella. Siendo una muchacha que la mayoría del tiempo se la pasaba en casa, nunca destacándose en los trabajos escolares, pero tampoco siendo del todo una mala estudiante como para decir que era distraída. Se la conocía más que nada por tener la cabeza muy en las nubes, ocultando todo lo que pensaba del mundo, pero cuando no podía guardárse algo, soltando todo a diestra y siniestra. Razón por la cual era extraño verla sentada afuera en plena madrugada de navidad.

La mayoría de las personas, una vez abierto los regalos de la noche, iban directo a sus camas o celebraban del resto de la velada en compañía de su familia e invitados. Pero no era el caso de la chica, quizás sí de sus padres, teniendo una reputación de dar las mejores fiestas y eventos, esa noche ellos tenían una imagen que mantener.

Ella pensó por un buen tiempo que había nacido con la vida perfecta: Siendo la hija menor de un matrimonio exitoso en su último año de secundaria, lista para viajar el año entrante a la otra punta del país en busca de una universidad de la que se graduaría como médica como siempre había planeado.

Pero ¿Por qué eso no le ponía feliz? Prácticamente era el sueño que tenía desde que tenía uso de la razón ¿Entonces por qué ahora le sonaba al sueño de alguien más y no el suyo?

Siempre se había visto como alguien que podía llegar a seguir ese sueño. Pero no era hasta este momento en el que realmente se cuestionaba si debía de seguir ese plan de vida o no. Es decir, siempre pensó en que debía ser lo suyo había pasado un tiempo desde que había abandonado sus ilusiones de huir lejos, tanto que ni siquiera pensaba en ello como algo real. Pero en ese momento en el que empiezas a cuestionarte toda tu existencia, ahí es cuando te planteas regresar a cuando niño para reiniciar todo de nuevo.

Dejó su taza de café de lado. Todavía mantenía las piernas cruzadas una por encima de la otra y abrazaba sus brazos desnudos en una especie de abrazo propio para mantenerse más en calma. Las casas del vecindario ya habían quedado apagadas casi en su totalidad, quedándose únicamente la suya encendida.

Estaba dispuesta a regresar adentro. Quizás una consulta con la almohada le arreglaría los disturbios en los que se debatía su mente. Tal vez a la mañana siguiente habría de estar mejor o con más ganas de pensarlo más claramente.

Recogió sus cosas del suelo (Un par de comidas que se había robado de la cocina aparte del café) y sacudió su pantalón con las palmas de sus manos. Todavía no lograba comprender del todo en que momento se había manchado tanto sus prendas. Pensó en que tal vez no había calculado del todo bien el tiempo y había permanecido más tiempo allí del que creía.

Ya a solo unos metros de la puerta principal, dio un último vistazo a sus espaldas. Tenía la pequeña sensación de estar a punto de presenciar algo, casi como un sexto sentido o como un sentido arácnido muy al estilo de los comics de superheroes de su hermano mayor.

A la distancia pudo ver como una persona en bicicleta se acercaba a la distancia. Conduciendo a grandes velocidades con un estuche colgado encima suyo que no pudo divisar del todo bien la forma por la distancia.

Este se fue acercando cada vez más, casi dándole la idea de haber visto antes esta imagen, como si fuese algo natural de todos los días. Conforme acortaba la distancia, notó un gorro gorro de lana naranja que traía puesto y una remera blanca que le daba un tono espectral. Incluso, de haber bebido alcohol esa noche, quizás habría jurado que se trataba de un fantasma del más allá resaltando en plena calle a oscuras.

¿Pero qué demonios...?

─ ¡Maeve!

Solo necesitó escuchar su tono de voz para saber que se trataba de uno de los chicos de la banda de su mejor amigo.

Ese estilo rebelde con cierto aire misterioso, el ceño fruncido cual muchacho que acaba de mandarse un gran problema y ahora tiene que afrontar las consecuencias de sus actos. Luke, el vocalista y músico principal de Sunset Curve.

¿Qué demonios se suponía que hacía vagando por las noches en Navidad?

A principios del año, su amigo Reggie le había contactado para poder pedirle usar su garage como lugar para las practicas de su banda. Los cuatro integrantes se sentían tan ligados a la música, pero a la vez teniendo situaciones mucho mayores que les excedían en su pasión. Por lo que en un principio no pensó que fuese una mala idea el tener que cobrarles una pequeña cuota mensual para que tuviesen un lugar en el cual practicar con sus instrumentos siempre que quisieran.

Aunque claro, jamás se había imaginado que habrían de organizar un ensayo cerca de las cuatro de la mañana.

─ ¡Maeve! ─El muchacho volvió a llamarla en lo que dejaba de lado su bicicleta y se acercaba hasta donde ella estaba. Parte de su cabello castaño sobresalía por los bordes inferiores de su gorro en un aspecto rockero de estilo libre. Su mirada divagó por todo el lugar, como si estuviese esperando a que alguien lo cachase en el lugar. ─ ¡Sé que es tarde! ¡Pero lo puedo explicar!

Se lo veía algo confundido, casi como asustado. Similar a esa sensación de estar hablando con una persona que ha estado huyendo de algo en un thriller o película de terror.

Ella por su parte, se había quedado muda. Como si las mismas palabras hubiesen escapado de su boca y ya no tuviese ni siquiera una idea en mente de lo que fuera a decirle a Luke a continuación. Esa mirada celeste temerosa era contagiosa, tanto que la desconfianza había sucumbido por atraparla a ella también.

¿Qué pensarían de verla sus padres con un chico afueras de la casa? ¿Por qué se le ocurría caer a esa hora?

Al parecer ellos tenían algo en común. Estaban extraviados de la razón misma, llenos de ideas que salían de sus propios estándares más de los propios. Dudosos, pero sin querer mencionar del todo lo que pasaba en sus vidas actualmente.

─ ¿Te puedo pedir un favor?

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⏰ Last updated: Oct 15, 2023 ⏰

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TWO GHOSTS ━━ julie and the phantomsWhere stories live. Discover now