1990.

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Capitulo I
Las drogas se lamen como helado de vainilla.

El estridente sonido de la música se podía escuchar desde la esquina del final de la calle, allí se encontraba Shinsou Hitoshi rodeado de una densa nube de humo gris del cigarro que estaba consumiendo.

Se encontraba en oscuridad total, ya que todas las farolas que alumbraban esa calle estaban fundidas o rotas por algunos adolescentes que habrían hecho una apuesta para ver quién tenía mejor puntería, si no fuera por la luz que le proporcionaban las ascuas amarillas y naranjas del cigarro no vería ni su propias manos.

Escuchó a alguien acercarse hacia su posición, levantó la mirada de sus zapatillas Nike para ver quién se acercaba, era un grupo de cinco jóvenes no más de dieciocho años vestidos de forma demasiado formal para estos barrios. Reían a un volumen fuera de lo normal y hablaban prácticamente a gritos.

« Estarán borrachos »

Pensó el pelivioleta al ver que tres de ellos llevaban botellas de licor casi vacías en la mano, volvió a agachar la cabeza pero los siguió con los ojos dándole un aspecto intimidante si le pudieran ver la cara o siquiera se hubieran dado cuenta de su presencia.

El grupo entró en la casa al final de la calle, la cual no veía bien por razones obvias. Shinsou curioso posicionó lo poco que le quedaba de cigarrillo entre los dientes, se metió las manos en los bolsillos de su chaqueta de cuero negro, despegó la espalda de la pared llena de grafitis del muro el cual estaba apoyado.

Emprendió su caminata cuesta arriba hacia la misteriosa casa.

[...]

Retiró el cigarro de sus labios y expulsó todo el humo que había ingerido por sus fosas nasales haciéndole parecer un dragón, la música sonaba aún más fuerte, tan fuerte que tenía dificultad hasta de escuchar sus propios pensamientos. Todas las luces de la casa estaban encendidas. Podía sentir como el suelo temblaba bajo sus pies como un pequeño terremoto, escuchaba a la gente gritar en el interior de la mansión.

Toda esta situación le parecería graciosa ya que la casa tenía pinta (a juzgar por el deplorable estado de la fachada) de derrumbarse en cualquier momento. Sonrió de lado con ironía, no lo pensó dos veces tiró el cigarro a algún lugar de la carretera y subió las escaleras de madera medio podrida marrones.

La puerta estaba abierta o rota no lo tenía del todo claro ya que con un pequeño empujón con las puntas de sus dedos bastó para abrir la entrada de madera blanca.

Sus fosas nasales se llenaron de olor a vómito y a marihuana. Giró su cabeza hacia la derecha, vio dos personas un hombre de por lo menos treinta y cinco años teniendo sexo con una chica de diecisiete encima del mueble tapizado en cuero de la entrada, el cual estaba lleno de polvo, telarañas y vasos llenos de licor.

Ignoró la grotesca y desagradable escena para adentrarse con dificultad en la casa. La gente bailaba de forma estrambótica, bebía hasta caer al suelo, le gritaban al oído, le pisaban y le empujaban hasta de vez en cuando le insultaban.

Intentó atravesar la aglomeración lo mejor que pudo.

El ambiente allí dentro era sofocante, sentía como la cantidad de oxígeno había disminuido siendo remplazo por dióxido de carbono y sudor concentrado.

Logró salir de la multitud con dificultad, ahora se encontraba frente a una escalera de caracol que llevaba al piso de arriba. Sus peldaños eran de ébano, su estructura era de estilo gótico, altas y de complexion delgada, a Shinsou se le asemejaba a un gran exoesqueleto negro y brillante, contaba con el soporte mínimo los escalones parecían flotar en el aire.

Us Against The World [Shinkami]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora