Park Jimin y Min Yoongi no podían llevarse bien por nada del mundo, eran tan diferentes entre sí que no podría haber cabida para algo como una amistad ¿o sí?
Tal vez ambos podrían cambiar de parecer si tan solo se dieran la oportunidad de conocerse...
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Era día domingo, después de una larga semana de trabajo, finalmente Jimin podía descansar un poco. El único día que descansaba era el día domingo, sinceramente amaba su trabajo pero también necesitaba un poco de tiempo para sí mismo, para hacer todo lo que no podía hacer en la semana.
Sin embargo no todo era bueno, por el simple hecho de que extrañaba a Mini y ¿para qué engañarse? También extrañaba a Yoongi, pero no podía ir al departamento del contrario solo para decirles que los extrañaba, eso sería muy raro.
Además Jimin ya no podía actuar como si nada pasara con el mayor, con cada día que pasaba, ambos se conocían un poco más. Ya habían pasado unos cuantos meses desde que Mini había llegado a su lugar de trabajo, en ese tiempo había conocido tanto al gato como al hombre de cabello negro que era su vecino.
Podía decir que Yoongi le gustaba, al principio pensó que era detestable, como los gatos. Pero ahora no podía evitar pensar que Yoongi era lindo cuando sonreía, cuando se molestaba falsamente o cuando hacía pucheros, porque sí, Jimin había descubierto que Min era como un gatito que se molestaba por cosas insignificantes y que adoraba los mimos.
Después de conocer a Min, había comenzado a tener algún tipo de gusto por el mayor, era vergonzoso aceptarlo, pero había quedado flechado desde que Yoongi salvo a Tobby. Ese día habían hablado de muchas cosas y de lo mucho que sus mascotas significaban para ellos, con eso cayó profundamente por el mayor.
No podían culparlo ¿quién no se enamoraba de alguien que ama a los animales? Obviamente Jimin cayó gracias a eso y a los lindos tratos que Yoongi tenía con Tobby y Mini, simplemente se sentía atraído al mayor.
― ¿Soy un tonto? – Cuestionó viendo a Tobby en el sofá – No creo tener oportunidad ¿no? Es decir, jamás hemos hablado de nuestros tipos ideales, pero yo no soy el de él ¿verdad? Ni siquiera me acerco – hizo un puchero desanimado
Tobby simplemente dio un bostezo largo antes de darse la vuelta y salir al balcón, el día era perfecto para tomar una siesta bajo el sol. Jimin no lo culpo, era mejor eso que tener que escucharlo quejarse de su amor no correspondido.
Decidido a no dejarse deprimir una vez más, se levantó para comenzar a mover los muebles de la sala. Simplemente los arrincono para tener espació, colocó su laptop junto a su pequeña bocina y colocó música en aleatorio. No era lo suficientemente rudioso para molestar a los vecinos, pero si lo suficiente para mantener su mente alejada de cierto pelinegro.
Primero calentó sus músculos, se estiro lo suficientemente bien hasta entrar en calor, finalmente comenzó a bailar. No eran coreografías específicas, simplemente dejaba que su cuerpo se moviera. Su pasión era la danza, la danza contemporánea para ser más específicos, pero jamás pudo llegar a terminar sus estudios en el área, la universidad era cara y él simplemente quería sobrevivir.
