See you again

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El demonio de New Orleans había sido cazado por fin, nadie podía creerse cual era la identidad de semejante mounstro, nada más y nada menos que el presentador de la radio quien incluso había cubierto una que otra nota del mismo.
El sobre nombre pronto cambió, ahora era reconocido como el demonio de la radio y mucho tiempo se habló de él.
A pesar de que sospecharon de aquel bartender con quién solía ser visto, nunca tuvieron pruebas para incriminarlo y ya que los terribles crimenes cesaron, pronto aquella sospecha fue dejada de lado.

Por su parte Husk había perdido todo, se había vuelto definitivamente alcohólico y ello le llevo a tomar malas desiciones hasta perder el casino, la vida dejó de importarle y solía vagabundear por dónde fuera con tal de hacerse de un poco de alcohol.

— Ya estás de nuevo aquí... Deja de joder! — le gritó a la nada en medio de la noche mientras rondaba un callejón.

— De nuevo ebrio mi querido amigo? — se presentó ante el un extraño sujeto vestido de rojo, tenía unos profundos ojos rojos y dientes afilados, de alguna manera le hacía pensar en su difunto amante. 

— lárgate!! Déjame en paz!!

— Según tu, soy un producto de tu imaginación, no puedes solo...

— Estás muerto!! Estas muerto... Me dejaste solo... — soltó lo último en un tono más bajo

— Husker...

— No me llames así!!

— Te lo he dicho antes, soy un demonio muy poderoso tú sólo pide lo que quieras y yo te lo daré — menciono en un tono tétrico

— Ya sabes que es lo que quiero...

— Eso... No puede ser — la sonrisa de aquel ser no desaparecía y ello frustraba mucho más al humano.

— Entonces quitalo!! Si de verdad eres tan poderoso hazlo!! Saca este asqueroso sentimiento de mi corazón,  no quiero volver a sentir esto jamás!!...
quita... quitalo a él también... no quiero volver a recordarlo ni tampoco  verte en lo que me resta de vida...

Los ojos del demonio rojo parecían dudar y su sonrisa se ensombrecio alargando sus afilados colmillos.

— Es un trato — había que decir que no se sentía satisfecho ante éste, desaparecer de la vida del único humano por el que llegó a sentir algo aparte de su madre, era algo que no apreciaba, pero hacerlo era lo único que aseguraría aquella preciada alma a su poder, no permitiría por nada que su humano cayera en manos de algún otro demonio, y era precisamente por ello que había hecho hasta lo imposible por elevar sus poderes alcanzando también el plano de los mortales.
El pacto fue sellado y pronto el mayor despertó desorientado, sentía un extraño vacío en su pecho, una sensación de haber perdido algo importante, intento hacer memoria pero solo logro un fuerte dolor de cabeza por lo que se encogió de hombros restándole la importancia que sentía perdida, se encaminó sin rumbo alguno recorriendo las calles que parecían sin mucho chiste hasta llegar a algún sitio para descansar, integrarse de nuevo a la sociedad no parecía demasiado atractivo así que pronto se enlisto al ejército en donde sirvió como un fiero soldado, jamás dudaba en acabar sin piedad con sus objetivos y jamás forjó ningún tipo de lazo con nadie, se decía que una extraña sombra le acompañaba a las batallas más difíciles por lo que también sirvió como mercenario para algunos cuantos. En sus tiempos libres se perdía en el alcohol y aunque algunas chicas intentaban enamorarlo nunca pasaba de algunas noches alegando que era incapaz de sentir amor por nadie.

No faltaban las noches en que despertaba completamente bañado en sudor, las pesadillas no dejaban de acosarlo, fragmentos de lo que parecían recuerdos, un rostro familiar bañado de sangre y un extraño dolor en el pecho.

Losing my heart (Radiohusk)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora