TW//: VIOLENCIA, MALTRATO, AUTOLESIÓN
La chica de cabello castaño corto que vivía junto a JJ. Ese era su largo apodo por el cual los Pogue la reconocían. Nueva en aquel barrio, solo la habían visto de lejos. Siempre llevando su cabello suelto que llegaba más arriba de sus hombros, una camisa negra de manga larga y unos shorts.
—¿Deberíamos darle la bienvenida?
—¿Para qué?
—Siempre está sola en las escaleras leyendo algo, ¡Vamos, Pope! Se ve triste.
—Una razón más para no entrometernos, si quisiera hablar ya lo hubiera hecho, Kie.
—¿Y si es tímida?
—No es nuestro problema.
Una vez más, los Pogue la vieron allí sentada leyendo un libro.
JJ la observó mientras la Volkswagen pasó a su lado. Notó algo que el resto no, algo que llamó su atención por completo. Había una mancha, algo bajo su camisa mostrándose casi invisible en su hombro donde la camisa negra se deslizaba. Conocía muy bien ese tipo de marcas, era un hematoma.
Su ceño se frunció mientras la imagen de la chica se perdía en la distancia. Decidió no mantenerlo en su cabeza, talvez su visión le había fallado.
Cuando volvió a casa se repitió la pesadilla de siempre. Su padre, como era costumbre, estaba ebrio. Debió haberse quedado con JB, ¿no?
Sí, en definitiva debió.
Se acostó sobre la cama observando al techo. La pintura estaba craqueada dando pequeñas formas que desde niño había asignado nombres. Era usual desde que su madre había partido terminar ahí, sólo y mirando el techo con su mente en blanco.
Unos toques en su ventana lo sacaron de su mente. Pasó sus ojos al cristal, ya había oscurecido por completo el cielo por lo cual se le hizo difícil poder ver.
Con mucho dolor se levantó de la cama, soltó un quejido cuando llegó la ventana y la subió. Iba a azomarse, pero fue detenido al alguien entrar antes de ello.
Se paralizó observando a la chica frente a él. Sus miradas se conectaron durante largos segundos en silencio, el chico no lograba salir de su asombro al tener a aquella desconocida en su habitación.
Era la nueva vecina. La chica de cabello castaño corto que vivía junto a su casa. Llevaba una caja blanca grande en su mano, sus ojos recorrieron el rostro herido de JJ antes de pasar por su lado adentrándose a la habitación.
—O-Oye, ¿qué...?
La mano de la chica se envolvió en su muñeca arrastrándola con ella. Lo obligó a tomar asiento sobre su cama soltándolo y dejando la caja sobre el escritorio junto a la misma. Miró alrededor de la habitación bajo la mirada inquisitoria del joven, así caminando hasta la puerta para cerrarla con seguro.
JJ creía estar alucinando.
—¿Quién eres? ¿Qué haces aquí...?
La desconocida suspiró volviendo al escritorio y tomando asiento en la silla del escritorio. Movió la silla hasta quedar frente a frente del chico volviendo a examinarlo con su mirada.
—Mei.
—¿...Mei? —repitió aún confundido.
—Vi... lo que pasó.
¿Lo que pasó...? Oh.
No ocultó su aún más grande sorpresa recordando que la discusión –y paliza– comenzaron a las afueras del hogar. Ella era su vecina, por lo cual era evidente que había presenciado todo.
—Por eso traje esto.
Tomó la caja poniéndola en el regazo del chico y abriéndola mostrando su interior. Era un botiquín de primeros auxilios, estaba lleno por completo de tantas cosas y era pesada.
—¿Por qué?
No le respondió. La chica tomó uno de los sobres de alcohol acercando más el asiento bajo la atenta mirada del rubio, quien aún estaba confundido.
—¿Y tú eres?
—JJ Maybank.
Cerró sus ojos al sentir el ardor del corte en su mejilla. No dijeron más, solo se miraban en silencio mientras la más baja curaba sus heridas, las cuales le ardían.
La habitación solo era iluminada por la lámpara sobre el escritorio, por lo cual estaban casi a oscuras. Aún faltaban muchas horas para que saliera el sol, de igual forma.
—Listo.
Tiró todo en la pequeña papelera junto al escritorio y observó al rubio, quien no había apartado su mirada curiosa de ella en ningún momento.
—Eh... ¿Jey?
No respondió, solo apartó su mirada a la caja en su regazo.
—¿Tienes más heridas?
—Sí.
—¿Puedo...?
Volvieron a mirarse el uno al otro. Él asintió con su cabeza llevando sus dedos al borde de su camisa y la levantó pasándola por su cabeza.
La chica se paralizó observando los hematomas, pronto su expresión entristeciéndose tomando otro sobre de alcohol.
—¿Por qué me ayudas?
Detuvo sus dedos en el aire apunto de llegar a la herida en su pecho. Retrocedió sobre la silla bajando su mano y cerrando sus ojos unos segundos.
Volvió a suspirar e hizo lo mismo que el chico había hecho con anterioridad. Tomó el borde de su camisa y se la quitó para sorpresa de JJ quedando en sostén negro.
Una sorpresa tras de otra en lo que iba de noche. Lo que más le sorprendía no era que quedara casi al desnudo, eran los hematomas que la cubrían, muy parecidas a las que él tenía en su cuerpo.
Ahí lo entendió todo compartiendo la misma expresión de tristeza.
Se mantuvieron en silencio mirándose el uno al otro compartiendo el mismo dolor que jamás creyeron que alguien más comprendería.
—¿Padre?
—Abuelo.
Era suficiente explicación para que ambos entendieran. JJ deslizó su mirada por la piel expuesta de la más joven sintiendo un nudo en su garganta.
Dejó la caja a un lado de él deslizándose al filo de la cama. Llevó sus manos a la mano izquierda de la chica tomándola. Observó su brazo con detalle sintiendo aún más tristeza al ver los cortes horizontales.
—Mei...
Apartó su mano de la del chico bajando su mirada. Volvió a tomar el alcohol para comenzar a desinfectar la herida de su pecho. Se sumieron en más silencio mientras ella terminaba de una vez por toda curar sus heridas, así colocando una bandita y cerrando su caja, ambos volviendo a sostenerse la mirada.
—¿Está?
—Se fue, ¿y tu abuelo?
—En casa.
Asintió viéndola dejar la caja sobre el escritorio. Tomó las manos de la chica tirando de ella tomándola por sorpresa.
Una de sus manos viajó a la cintura desnuda de la chica atrayéndola a sí y girando sus cuerpos sobre la cama, ella debajo de él. Se miraron a los ojos, sus corazones acelerados.
Con delicadeza bajó su cuerpo acostando su cabeza del vientre de la mujer, con ambos brazos rodeando la cintura de ella y cerrando sus ojos.
Mei miró el techo aún asombrada sintiendo una mezcla confusa de emociones recientes. Sintió las lágrimas comenzar a bajar de sus ojos, también sintió las de JJ en su piel desnuda.
Ambos cerraron sus ojos abrazando al otro, ambos corazones rotos tratando de reconfortarse.
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american money➨ jj maybank
Fanfiction"and we can run away Swimming in the sunlight everyday Paradise, it's in your eyes Green like american money" En donde JJ y Mei comparten un doloroso secreto llenando un vacío en sus corazones al encontrarse.