˗ ˏˋ𝑫𝒖𝒍𝒄𝒆 𝑴𝒊𝒆𝒍ˎˊ - II [Cancelada]

🍯🐻 ➢『❝001❞』

━━━•❃°•°🍯°•°❃•━━━

~solo un adorable, tierno e ingenuo osito almorzando miel...~

— ¡Hola!, Soy Freddy Fazbear. ¿Tú? — dijo el chico joven; ojiazul, muy contento.

— yo soy Bonnie Bennett. Es un gusto conocerte Freddy — respondió su acompañante, este chico era un conejo pelimorado con una estatura de escasos centímetros por debajo del oso

— ¡Lo mismo digo yo!. ¿Quieres ser mi amigo?

— ¡Sí, claro! — contestó emocionado aquel pequeño conejo. Soltando un brinco para abrazar al más alto.

Así es como comenzaría un hermoso e irrompible lazo de amistad entre un omnívoro y un herbívoro. ¿Qué tan malo les podría ir?. Son niños, con largos y prósperos futuros por delante. Pero el problema no era eso, no, si no que; más bien, los problemas que conllevaría exponer este lazo con la sociedad sabiendo que no sería muy bien recibido

— Espero Bonnie, ¡que seamos los mejores amigos por siempre! — gritó emocionado el ojiazul, aún permanecía abrazando a Bonnie

Quizá solo sea la típica promesa más cliché que haya existido. ¿Pero que más da? Son niños, solo deberíamos dejar que disfruten de esa promesa como muchos de nosotros lo hemos hecho de pequeños.

Ambos chicos crecieron, se desarrollaron y se transformaron ya en unos jóvenes capaces de decidir y valerse por sí mismos. En sus vidas no pudo faltar las críticas como: "¿un depredador y una presa juntos?", "¡Chico, date cuenta!, ¡Ese oso te puede devorar en cualquier momento!", "¿Por qué no te juntas con la gente de tu tipo, eh, oso?" Pero a pesar de ello, continuaron sus caminos sin darle la más mínima importancia a los comentarios negativos que se presentaran sobre su relación.

Hoy en día ambos jóvenes se encuentran estudiando en la media superior en onceavo grado o segundo año que es prácticamente lo mismo.

— Freddy... ¡Ya apúrate que llegaremos tarde a la escuela! — dijo la voz del conejo, tocando fuertemente la puerta de la habitación de Freddy, el oso.

— siempre llegamos tarde a la escuela... ¿Que más da? Un día más un día menos. Mejor hay que faltar — añadió él en tono somnoliento, permanecía acostado en su suave y reconfortable cama

— freddy no seas así de pesimista. Recuerda que hoy también tenemos que ir a trabajar

— ¿trabajar?, ¡Aún peor!. ¿Por qué no nos tomamos un día de descanso?

— no lo sé. ¡Pero hoy no será ese día!. Además preparé el desayuno ¡sé que te encantará!

— ¿Que preparaste? — preguntó desanimado, girando levemente su cuerpo para poder observar la puerta de la habitación

— ya sabes. ¡Tu postre favorito!. ¿No vas a bajar?

— ¿Preparaste... Flan japonés?— dijo Freddy, con su interés despierto. Moviendo su colita de oso como si de un cachorrito se tratase

— ¡Exacto!. Si no bajas me lo tendré que almorzar solo. ¿No quieres eso verdad?

— ¡No, no, no!. ¡Espérame Bonnie!. No se te ocurra probarlo antes de que yo baje ¿De acuerdo?

— confía en mi, no tomaré ni una pieza. Pero primero... ¡Mueve tu trasero de ahí y vístete!. Así no lo haré — sonrió el conejo dulcemente, aún continuaba parado enfrente de aquella puerta bloqueada con seguro.