Sobrio; JiKook

14: "Déjame mostrarte cuanto te extrañé"

La morena no tardó mucho en sacar a Jimin del baño, llevando su sesión de besuqueo a un área más cómoda de la habitación desocupada que compartieron durante semanas continuas. Las manos cálidas y dominantes de Jungkook ahora se abrían paso hacia el pecho del niño, acariciándolo suavemente a través de su camisa, queriendo instantáneamente quitárselo una vez que no podía sentir el delicado cuerpo del niño a través de la gruesa sudadera. Le ordenó que levantara los brazos, facilitando todo el proceso de quitárselo. Jimin dejó escapar una risa suave mientras lo veía ser arrojado por la habitación, uniéndose a una pila de ropa cuidadosamente doblada en una silla.

"¿De qué te estas riendo?" Volvió la cabeza hacia Jimin que estaba debajo de él, con los brazos alrededor del cuello del chico. El mayor negó con la cabeza con una sonrisa presente en sus labios, jugando suavemente con las puntas del cabello de Jungkook retorciendo algunos mechones de cabello castaño alrededor de su dedo.

"Nada." Se mordió el labio mientras la sonrisa se quedaba plasmada en su rostro. "Me gusta verte encima de mí". Habló en un tono de coqueteo, alejando sus brazos de donde antes descansaban, ahora arrastrándolos por sus tonificados brazos, observando cómo se formaban escalofríos hasta el cuello del menor. No importa dónde lo tocara, el cuerpo de Jungkook no pudo evitar reaccionar inconscientemente, su respiración se hizo más corta, lo que le dificultaba controlar su propio cuerpo. Era como si Jimin le quitara cada gramo de control con solo tocar un dedo, y Jungkook no podía comenzar a comprender tal sentimiento.

"¿Al menos pensaste en mí cuando no estaba allí?" El mayor habló de nuevo, poniendo sus dedos debajo de la barbilla del niño para acercarlo. "Porque lo hice." Su voz era suave, casi como un susurro. Miró los labios de Jungkook, inclinándose para tomar su labio interior entre los dientes, mordiendo la piel con ternura. Cerró los ojos una vez que el moreno aprovechó la oportunidad para juntar sus labios, y le dio un beso prolongado en el que Jimin juntó las manos sobre las mejillas sonrojadas del chico, queriendo evitar que se lo rompiera demasiado rápido a su gusto.
Eventualmente se convirtió en un beso sensual; suaves y calientes, su lengua tocándose, buscando unísono y cercanía. El más joven llevó una mano a la parte interna del muslo de Jimin, separando más las piernas para tratar de obtener un mayor cierre de su cuerpo caliente. Jimin arqueó la espalda, tratando de llenar los espacios vacíos entre ellos. Como Jungkook, él también quería sentirlo de todas las formas posibles.

"Pensé en ti, Jimin". Jungkook habló en voz baja, rompiendo el beso. Rozó sus labios contra la mejilla del chico, moviéndose hacia su oreja. "Y un poco demasiado". Susurró, mordiéndose el lóbulo de la oreja.

"¿Si?" Jimin exhaló, manteniendo los ojos cerrados mientras dejaba que sus manos simplemente pasaran por el cabello de Jungkook. Podía sentir al chico moviéndose sobre él, sus manos cuidadosamente abriéndose camino en sus caderas para hacerlo girar sobre su estómago, ahora incapaz de ver correctamente a Jungkook sin romperse el cuello.

"Déjame mostrarte cuánto te extrañé". Una sonrisa se formó en los labios de Jungkook cuando las palabras salieron de su boca. Jimin se mordió el labio, respondiendo sacando el trasero para tocar la entrepierna del menor para burlarse de él. Luego se arrodilló sobre los cuatro, sintiendo el prominente bulto del más joven contra él. Lo excitó; la simple sensación de saber lo que estaban a punto de hacer fue suficiente para que Jimin sintiera que sus jeans se volvían más apretados e incómodos. Le rogó a Jungkook que le leyera la mente; tomar acción y arrancar los jeans de su cuerpo, deslizarse dentro de él hasta que lo único que saliera de su boca fueran gemidos lujuriosos y genuinos.
Solo que Jungkook quería jugar con él, escuchar a Jimin suplicar en voz alta sobre sus necesidades y deseos. El chico de cabello gris era una broma, y ​​Jungkook rápidamente comenzó a darse cuenta. Recordó cómo solía tomarlo con la guardia baja de vez en cuando cuando lo hacían los juegos previos.