𝐋𝐎𝐒 𝐌𝐄𝐋𝐋𝐈𝐙𝐎𝐒 𝐇𝐈𝐃𝐃𝐋𝐄𝐒𝐓𝐎𝐍

3.6K 226 36
                                    


•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

(Parte dos)
(Contenido +18...nadie respeta esta advertencia, ¿verdad?, que bueno por que yo tampoco.disfruten señoritas)

Tomo mi cara entre sus manos para poder besarme, al principio con ternura y delicadeza,como si yo fuera una pieza de porcelana que se debe tocar y tratar con fino cuidado.

Con sus pulgares recorrió mi cintura de arriba abajo , causándome escalofríos ante el tacto, al sentir como mi cuerpo reaccionó, el sonrió entre medio del beso, cargándome y poniéndome sobre el tocador.

Se alejó, observando mi rostro y tal vez poniendo atención a cómo temblaba cada parte de mi ser. Alzó ambas cejas y volvió a acercarse, esta vez besando mi cuello y dejando marcas en las clavículas.

-Tom-jade su nombre y el en respuesta continuo con los besos.

Una de sus manos subió por mi cuello hasta mi mentón, donde mirándome ah los ojos  introdujo su dedo pulgar en mi boca.

Lo Lamí con la punta de la lengua, Tom después lo saco llevándose un hilo de saliva con el.

-Mírame a los ojos, nena-ordenó, con voz ronca y excitada.

Obedecí.cuando sentí como con el pulgar haciendo círculos en mi sexo, tapo mi boca ahogando el gemido que solté ante el placer.

Mi cuerpo reaccionaba y pedía más de aquellas caricias.

-Pídelo- Hablo como si hubiera leído mi mente.

-¡Más!-gemí.

-Se una niña buena y di las palabras mágicas-Ordeno de nuevo.

-Más, por favor-rogué.

Observe cómo metía dos dedos a su boca mientras que con la otra mano hacía a un lado mis bragas.

-Te adoro, más que a mi propia vida-hablo para después besarme e introducir uno de sus dedos dentro de mi.

Me aferré a su cabello, jalando débilmente, buscando una manera de sentirlo más cerca de mi. Introdujo en segundo dedo haciéndome sentir en el cielo mismo.

Aunque según él todo poderoso, por este pecado estaríamos condenados al círculo más podrido y horrible del infierno.

-¿Estás por terminar?-preguntó cerca de mi oído a lo que yo solo pude asentir débilmente.

Cuando mis paredes se contrajeron pude soltar todo el placer en forma de gemido. Respiraba de arriba abajo, las piernas me temblaban y unas gotas de sudor se atisbaban en el rostro de ambos.

Se apartó de mi y camino a la tina, escuche como abría el agua para que esta se llenara mientras que yo recuperaba la respiración normal. Regreso a mi quintándome el sostén y las bragas.

-¿Qué haces?- cuestione cuando me cargo en brazos.

-Deberías tomar un baño, te ayudará a relajarte-con delicadeza me introdujo en el agua tibia.

-Tom-llame su atención.

-Dime, linda- tomo el gel de baño comenzándolo a aplicar por mis hombros.

-prometimos que esto no volvería a suceder-paro de golpe, escuche como soltaba un suspiro.

-Lo se, perdóname-me miro.

-Tom-

-Parare, lo prometo, aprenderé a contenerme-bajo la cara y enseguida le tome atrayéndole a mi.

-Ya no podemos parar, ni tú, ni yo-confesé.

Era enfermo, asqueroso y monstruoso el amor que nos teníamos. Pero jamás habíamos conocido otra clase de amor, crecimos a la par, nos cuidábamos las espaldas y nos inculpábamos para protegernos de las travesuras del otro.

Papá y mamá tampoco la pusieron difícil, viajaban por días y nos dejaban a mi y Tom solos en esta casa. Ah la que jamás pudimos llamar hogar. Solo en contadas ocaciones.

La primera vez que esto sucedió fue en nuestro cumpleaños número 15, robamos licor de papá y bebíamos en la habitación de Tom, fue ahí cuando le confesé que era la persona más guapa y perfecta que alguna vez mis ojos vieron.

"Eres el puto ángel de la belleza"

Fueron mis palabras exactas antes de que me robara un beso, no fue extraño, no lo alejé, simplemente continué.

Y aunque en si, jamás hemos follado como tal, siempre encontrábamos una manera de hacernos terminar.

La primera vez que nos tocamos fue a los 16. Creí que estaba sola en casa por lo que baje en camisón y sin ropa interior a la cocina por una manzana. Cuando estaba de regreso encontré a Tom en mi habitación.

"Yo solo quería un lápiz"

Comentó cuando los dos hacíamos ha desnudos y agotados en mi cama. Ah los 16 años mi hermano tenía un cuerpo por el cualquier chica babearía y un miembro que no iba acorde a su edad, pues este hasta los ventiañeros le envidiarían.

-Ven a mi habitación esta noche, mamá y papá saldrán  así que tendremos mucho tiempo para nosotros-sonrío, se inclinó dejando un beso en mi frente para después ponerse de pie-disfruta tú baño-

Justo como mi hermano dijo, papá salió de la casa a las 10:28, seguramente a encontrase con unos de sus amantes casuales, hombres casados y con familia que jamás aceptaron su sexualidad del todo, como el.

Y mamá entro a mi habitación, pidiendo mi opinión sobre un vestido rojo con escote prominente o un vestido negro corto. Daba igual , de todas maneras acabaría en el suelo de una suite de hotel, pues no lo necesitaría para tirarse al esposo de su mejor amiga. Salió de nuestro hogar a las 12:40.

Tom y yo teníamos exactamente 6 horas antes de que nuestros padres borrachos y probablemente drogados regresaran. Por lo que puse manos a la obra.

Me aliste con el conjunto de lencería más bello que portaba, era de encaje fino y rosa pastel. Deje mi cabello suelto y aplique colonia en mi cuello, muñecas, muslos y tobillos.

Salí de mi habitación y cerré la puerta, caminé ah la habitación de enfrente y toque la puerta dos veces.

Tom abrió, su cuarto era alumbrado por las luces tenues de velas y olía excelente, a su perfume que tanto me encantaba. El solo tenía un chandal, dejando al descubierto su trabajado abdomen.

-Estoy lista-pronuncie dando dos pasos adentro y para que mi hermano cerrara la puerta detrás mío.

𝑶 𝑵 𝑬   𝑺 𝑯 𝑶 𝑻 𝑺 / 𝑻𝑶𝑴 𝑯𝑰𝑫𝑫𝑳𝑬𝑺𝑻𝑶𝑵 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora