The Silver Twins

PRÓLOGO

"Y la sangre es mi tinta; esperando a ser plasmada en una hoja de papel. Mi arma es mi pluma; esperando a que narre cada asesinato que brotó de mi ser. Y mi mente es la más peligrosa; con esta planifiqué cientos de muertes, y también creé la historia que estás por leer."

-The Silver Twins.

—¡Larga vida al rey de Dinamarca! —Exclamó la multitud.

Aksel miró a su gemela, quien repitió aquellas palabras en una forma burlesca.

A Asta no le podía importar menos si su rey vivía o moría.

Era un 29 de Enero del 2018, el día de la coronación del nuevo rey; Sean Madsen.

Era el día perfecto para elegir a la nueva víctima. El reino entero estaba distraído, había ruidos, música, explosiones, gritos, entre otro sin fin de sonidos. Asta pensó que en ese momento, hasta los pensamientos más ocultos de los individuos podrían escucharse si ponías la suficiente atención.

Y mientras miraba las luces que comenzaban a iluminar el cielo, su instinto le dijo que ahí, frente a ella, encontraría a la persona perfecta para llevar a cabo una de sus actividades favoritas.

Asta bajó la mirada, y frente a ella encontró a un joven bastante atractivo, aunque era de noche la gemela podía apreciar los bonitos ojos oscuros, marrones, de aquel tipo. Él no dejaba de mirarla, y la gemela sonrió con una fingida timidez, la cual casi siempre le servía con tipos como él. Aquel desconocido no debía pasar de los 25 años, pero como un idiota adolescente fue atraído por los encantos de la bella gemela, comenzó a andar hacia ella, Asta ya podía imaginar todo lo que haría con él, aunque desafortunadamente para ella, y por fortuna para el muchacho, Aksel la tomó del brazo jalándola, y continuó arrastrándola hasta que llegaron cerca de un puesto de comida callejera.

—¿Pero qué mierda te sucede? Me has alejado del muchacho más guapo que he conocido... en esta noche.

Aksel, paciente, serio y sin pronunciar la menor palabra, tan sólo señaló un punto en específico. Asta volteó a ese punto y se topó con una chica pelirroja, baja en estatura y algo regordeta, lo que más le llamó la atención fue el color de su pelo, parecía fuego vivo iluminando la noche.

La inspeccionó, repasando cada detalle de ella, no era la gran cosa, concluyó rápidamente, pero si Aksel la quería, Asta no se la negaría.

Aksel casi nunca escogía a las víctimas; a él no le interesaba la identidad, el género, ni el aspecto físico, o la nacionalidad, la cultura, la preferencia sexual, las creencias religiosas, la clase social... al gemelo no le importaba nada.

A Aksel no le importaba el exterior de las personas, a él únicamente le importaba el interior... literalmente.

—¿Un tiempo o dos tiempos? —Le preguntó la gemela en ese código que ellos tenían.

—Tres tiempos. —Respondió Aksel en esa voz profunda que tenía.

Asta lo miró sorprendida, ¿tres tiempos? ¿Había escuchado bien? Y aunque tenía curiosidad, no le preguntó en relación a su elección, sabía que su gemelo no le respondería.

—¿Dueto o un solo? —Siguió como regularmente lo hacía.

—Solo. —Los ojos azules de Aksel estaban fijos en aquella chica, quien, ajena a su desdicha, mordía una manzana cubierta en chocolate.

Asta continuó con la siguiente y última pregunta con relación a ese tema. —¿Líder o seguidor?

—Líder. —Fue lo último que dijo en esa noche. Había llegado a su límite de palabras.

Asta sonrió, y volteó buscando al muchacho de ojos marrones. —¿Barra libre? —Siguió con su código, y Aksel asintió.

Asta, sin borrar la sonrisa de su rostro se alejó de su gemelo, lista para mancharse las manos de sangre... otra vez.

Y Aksel se quedó en silencio, en medio del ruido, viendo como la chica de cabellos rojizos miraba embelesada las luces en el cielo.

Y esa fue la noche en la que la verdadera masacre comenzó.

CrazyyWriterr⚡️