capitulo I

82 9 0
                                    

El sol de la mañana pegaba con fuerza en mis párpados, me gire para intentar seguir durmiendo pero al poco rato el despertador sonó para perturbar las pocas ganas de sueño que tenía, me levanto con algo de pereza para después dirigirme al baño en el cual no quede más de 15 minutos, cuando ya estuve lista salí al pasillo no se encontraba nadie en este, tal vez me haya despertado muy temprano, tenía un hambre feroz así que fui a la cafetería, al llegar solo se encontraban unas pocas leyendas en el lugar de entre ellas estaban Revenant, Caustic y Bangalore.

Aunque solo me pare a ver a una de ellas, a la mayoría de las leyendas no les caigo nada bien excepto Revenant por su maldito código fuente y Bangalore de la cual desconozco la razón por la que le caigo bien pero realmente me daba igual mientras no me odiara.

Me acerqué con confianza a la pelimarron y me sente a su lado.

-Hola encanto- tenía una mirada seductora en su rostro

-Andrade- la soldado miro a la ladrona con una pequeña sonrisa mientras la miraba a los ojos

Esa pequeña sonrisa me pareció demasiado adorable, comencé a sentirme algo nerviosa pero no iba a demostrar ni lo más mínimo de ello sobretodo estando Caustic y Revenant aquí.

-Que poca gente se encuentra a esta hora ¿no es cierto?

-si y me parece raro que en esta ocasión te hayas despertado tan temprano- Anita no quito la mirada de los ojos de su contraria, tenían algo misterioso que le encantaba

-¿te apetecería salir a algún lado? Ya sabes, debido a que los juegos Apex no empiezan hasta mañana

-la soldado no era fan de salir muy a menudo pero haría una excepción por esta chica- claro, me parece bien nos vemos más tarde entonces- se levantó, ya se iba a ir pero no todavía sin escuchar una respuesta de parte de la ladrona

- s-si por supuesto- poseía una gran sonrisa mientras miraba marchar a Bangalore

Emocionada me marché de la cafetería sin siquiera haber comido, de repente se me fue el hambre realmente esta mujer me hacía olvidar cualquier cosa negativa, logro captar mi interés desde la primera vez que la vi, también cuando formé equipo con ella y conseguí mi primera victoria en estos juegos, todo de ella me encanta pero lo que más adoro es su sonrisa, capaz de ponerme nerviosa en cuestión de segundos, estaba a punto de llegar a mi habitación pero sentí un escalofrío pasar por mi espalda, me gire rápidamente no me sorprendió que el que me seguía era el simulacro.

-¿qué es lo que quieres?- pregunté con enojo

-solo vine a recordarte que me debes mi código fuente pequeña

-di un largo suspiro -ya te dije que hasta que no sepa donde se encuentra no puedo hacer nada para ayudarte- eso último que dije me molesto "ayudar" estoy ayudando al demonio que mato a mis padres sin piedad alguna

Apreté mis puños con fuerza y me adentre en mi habitación sin esperar respuesta de aquel demonio, me acosté en mi cama para tratar de dormir lo poco que antes no pude pero no podía la emoción de quedar con Anita eran indescriptibles, me tenía completamente loca, pensar en ella me hizo ver el anterior suceso como una tontería también me hizo olvidar por un momento el motivo por el que realmente me uní a los juegos Apex, mis padres, no pude evitar llorar al pensar en ellos no se merecían morir, no me puedo sacar de la mente a mi madre morir ante sus manos o a mi padre sacrificarse por mi para que yo sobreviviera, juro que haré sufrir a ese maldito demonio, haré que desee no haber matado a mis padres, haré que hasta llore sufrirá más de lo que yo llegue a sufrir, seque mis lágrimas y me quede mirando al techo pensando en cualquier manera de arruinar la infinita vida del simulacro.

Narrador omnisciente

El día pasó medianamente rápido, loba consiguió dormir por lo menos 30 minutos, antes de dormir acordo quedar a las 5:30 con Bangalore ya que esta la llamo diciendo que se olvidó de a que hora quedar, ya para cuando quedaron 10 minutos ya la ladrona estaba más que lista y estaba esperando fuera de su habitación, el color de su rostro tornó a un ligero tono rojo al ver a la soldado en ropa formal, estaba acostumbrada a verla en uniforme y verla así vestida le fascinó, la cita no había ni empezado y ya sabía que sería un gran día

Lo único que me quedaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora