Capítulo 2

123 6 0
                                    

En el capítulo anterior analizamos nuestro yo como sistema íntegro e independiente, nos estudiamos hacia adentro y arrojamos afuera todo aquello que no nos favorecía en el presente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

En el capítulo anterior analizamos nuestro yo como sistema íntegro e independiente, nos estudiamos hacia adentro y arrojamos afuera todo aquello que no nos favorecía en el presente.

Ahora daremos un paso un poco más profundo y nos adentraremos en un tema más atípico: "La Autoevaluación".

Si siempre te imaginaste como una mujer fuerte, resistente y humanitaria; hay ciertos aspectos que debes tener en cuenta para desenvolverte ante un público subjetivo.

Cuidar tus palabras y expresiones, ¿por qué? Para evitar malentendidos. Tienes que establecer un equilibrio entre lo que piensas, dices y haces; pero sobretodo ser auténtica en todo cuanto hagas, esa es la única manera de constituir tu propia identidad.

No te dejes doblegar. Siempre van a existir problemas y a su vez soluciones, en efecto si no las tienes no te preocupes, no tienes porqué sentirte reprimida ante esos hechos, solo piensa, analiza y no te tomes los problemas personalmente ni tampoco a la ligera. Recuerda: Sé parte de la solución, no del problema.

Observa los hechos objetivamente. Nunca improvises, inventes o supongas. Cada una de ellas te llevará al fracaso. No subestimes los pensamientos de los demás, piensa como una estratega que quiere ganar una batalla aunque la guerra apenas empiece.

Da todo de ti. Una vez comprendas que esto es lo único que no dará cabida al arrepentimiento, es que empezarás a observar como todo a tu alrededor va obteniendo sentido y forma.

¡Pero esto no es todo!

Tiene que existir un cambio de actitud, de pensar, de sentir. Tienes que de verdad creerte que eres esa mujer que imaginas, no basta solo con soñarlo, el sueño no va a hacer el trabajo por ti, tienes que ser tú quien se arraigue a él.

Y te preguntarás: ¿cómo consigo todo eso? Bueno, hablando honestamente tienes que conocer en cuál zona hacia el éxito estás transitando.

La primera es la famosa Zona de Confort. Aquí estás estancada en un mismo círculo vicioso, donde ni avanzas ni retrocedes, estás simplemente "igual". Te creas ese estado de dependencia donde no te arriesgas a explorar algo nuevo porque el temor es más fuerte que tus ganas y no vives como sientes que deberías.

La segunda es la Zona del Miedo. Una vez que hayas vencido el temor a lo desconocido te enfrentarás a problemas nuevos en los que no tendrás experiencia ni idea de cómo hacerlo, por tanto, el pesimismo y la negatividad te pueden acompañar durante el trayecto por lo que debes adaptarte a llevarlos contigo aprendiendo a sobrellevarlos.

La tercera es la Zona del Aprendizaje. Empiezas entonces a amar lo nuevo, lo diferente, aquello que de verdad te mueve el piso y te armas de herramientas que complementen tu conocimiento.

Y la cuarta y última zona es la del ¡ÉXITO! ¿Qué felicidad sería estar ahí, cierto? El lugar preciso donde sientes que todo lo que te has trazado, todo lo que has logrado, tus esfuerzos se ven recompensados y te ves a ti misma más competente y segura.

No importa en cuál zona te encuentres, lo importante es que sepas como avanzar hacia la siguiente.

¡Haz que el cambio comience por ti!

Es difícil establecer pautas y escoger caminos donde su futuro es intangible, pero si de verdad quieres progresar en estas diferentes zonas y lograr tus objetivos es necesario que seas transparente contigo misma y con los demás, no pierdas esfuerzos en la culpabilidad, reúne las energías para buscar soluciones que te permitan mejorar.

Complicado es persistir sin una vista clara y objetiva en la mente. Recuerda que cualquier cambio que empieces a emplear en tu vida sea paulatino y analices con detenimiento como éstos puedan afectar a las personas a tu alrededor.

Más bien se pretende mantener un autocontrol emocional basado en buenas decisiones y buenos pensamientos, es la única vía libre que tienes para conocerte en profundidad, solo así lograrás prevenir posibles actitudes y decisiones que conlleven a un arrepentimiento.

Primeramente tienes que conocer aquello que te hace explotar (o los también llamados detonadores). Pueden ser frases, lugares e incluso personas. Concientiza tus cambios corporales que van acompañados con tus actitudes, esa es un arma que debes tener siempre a tu favor, mostrar lo que realmente quieres que vean en ti. Además, mantener la mente en calma mientras realizas cualquier gestión es una manera de trabajar tu memoria con un rendimiento óptimo que sea capaz de guardar sin problema cualquier información de valor.

¡MUY IMPORTANTE!

Aprende a gestionar tus emociones bajo presión. No hay nada mejor que poner a trabajar a tus emociones y raciocinio en medio de una situación crítica, evaluándote de esta manera cuanto has avanzado.

Tu disposición tiene que ser tu motor impulsor en todo momento, no basta con querer o anhelar, hay que ponerlo en práctica e ir acumulando experiencias que te doten de sabiduría y discernimiento.

Por último, regocíjate con esta frase:

"Debemos aceptar que no siempre tomaremos las decisiones correctas. Que a veces estropearemos las cosas. Pero entender que equivocarse no es lo contrario al éxito, es parte del éxito."

-Ariana Huffington (Cofundadora de The Huffington Post)

--------------------------
Nota de la autora:

Cree en ti misma siempre y en lo que puedas lograr, no te subestimes ni ayudes a otros a hundirte. Sé fuerte, fiel y confía que con tus esfuerzos y actitudes te conseguirás un mejor lugar en la sociedad.

Y hasta aquí me despido.

Nos vemos en el próximo capítulo.

Mujer ExitosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora