Arrepentimiento

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Es fácil esquivar la lanza, pero no el puñal oculto.

- Proverbio Chino.

Los días pasaban lentamente, la floración de los árboles Haitang llegó y se fué, cambiando la exuberancia del color rojo y rosado por follaje verde cual jade.

Todo parecía completamente normal en el pico Shi Sheng, al menos lo era para la mayoría de los discípulos, menos para algunos.

- ... ¡Perro!

Mo Ran levantó la cabeza, frunciendo el ceño de inmediato al ser llamado de esa despectiva manera - ¿Que quieres?

Xue Meng alzó la ceja, un poco sorprendido por verle molesto, ese primo suyo era muy parecido a un cachorro abandonado y no solía estar de mal humor pero de un tiempo para acá... - Pareciera que si no te llamo de esa manera no atenderás ¿me estabas escuchando? - chasqueo la lengua , negando y cruzándose de brazos - No importa, ¿qué es lo que te tiene tan distraído? - Si bien Mo Weiyu había veces en las que parecía un perro apaleado, el que estuviera tan ausente no era normal.

El hecho de que el polluelo de Fénix le hubiera exigido algo así no era extraño, para Mo Ran, ese pequeño siempre estaba queriendo saberlo todo. Suspiró, en este año que había pasado como discípulo, su relación estaba siendo más tolerable... El carácter de ambos solía llevarlos siempre a peleas pero también confiaban el uno por el otro. Por esa razón no pudo esconder un gran suspiro que salió de sus labios.

- ¿No has notado extraño a Shizun últimamente?

La voz del adolescente era baja, un poco secretista. Desde el momento en que Shizun había terminado su cultivo a puerta cerrada, sentía que algo no andaba bien pero no podía decir que era esa sensación.

El rostro de Xue Meng mostró sorpresa de inmediato.

- ¿A qué te refieres con extraño? No he notado nada fuera de lo usual.

- Es... no se como explicarlo - el chico se llevó las manos a la cabeza tratando de encontrar las palabras.

Si decía algo como "distante", seguramente su interlocutor diría que eso es normal; si decía algo más como "extraño", igualmente no sabría explicarse y eso le frustraba. Después de todo, aunque seguía al pie de la letra las enseñanzas de su shizun, le faltaba mucho que aprender y no dejaba de ser un chico criado en las calles.

- Típico - Xue Meng no estaba del todo contento con esa respuesta - No he notado nada extraño en él, fuera de que me alegra que su energía espiritual se haya restaurado con su cultivo a puerta cerrada ¡No hay nada imposible para Shizun!- indica con el tono de adoración que siempre tenía al hablar de su maestro.

Mo Ran hubiera estado de acuerdo con todo lo que respecta a Chu Wanning, pero el recordatorio de que no había asistido a acompañarle, le hizo sentir nuevamente culpa. Tan obvio que hasta Xue Meng se dió cuenta.

- ¿Qué? ¿Ahora te arrepientes por no haberlo acompañado?

Mo Ran apretó más manos que ahora estaban sobre sus rodillas, mirando a los ojos de su primo y lentamente asintió.

- Bueno, dijiste que no te creías lo suficientemente bueno para acompañarle y corriste de regreso ¿no? eso es lo que Shi Mei me contó.

- Eso fué lo que dije.

- Pues no hay más, de nada sirve que te estés ahogando en culpa. Si no te sientes bien, ve con Shizun y díselo, nunca ha negado escucharnos.

Alzando los hombros, quiso quitarle peso a sus palabras, como si fuera cualquier cosa y bebió rápidamente su jugo de moras; ya habían terminado la hora de la comida pero Shi Minjing no había podido comer con ellos por un encargo de Shizun.

El Emperador de JadeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora