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Seungkwan estaba tan, tan atrasado.

– ¡Maldita sea, Hermione! –Exclamó tratando de plantar algo de autoridad en su voz. – Baja en este instante.

Su gata no se movió ni una pulgada.
– Vamos, chica. –Imploró, mirando su reloj. Estaba jodidamente atrasado. – Vamos, princesa. Por favor, sé que puedes. –Al menos nadie podía verlo rogándole a su gata. Una ventaja de vivir solo.

Hermione no se movió, seguía maullando patéticamente desde el lugar en el que estaba, encima del ropero. Seungkwan suspiró, pasando los dedos por su cabello cuidadosamente estilizado. No quería dejarla ahí arriba; probablemente estaría fuera hasta la mañana siguiente y no confiaba en su capacidad de bajar mientras él no estaba.
No era la primera vez que su gata se trepaba sobre algún lugar y luego no podía bajar. Seungkwan amaba a Hermione, lo hacía, pero no era ciego a sus defectos. Era un poco... no muy lista, la verdad sea dicha. Su hermana, siempre se había burlado, diciéndole que era un idiota por nombrar al "gato más estúpido de la existencia" como uno de los personajes más inteligentes de la ficción. Pero para ser justos, él no podía decir exactamente cuán inteligente - o no - era cuando Hermione era una gatita.

– Está bien. –Dijo suspirando y mirando su reloj de nuevo. Ya estaba quince minutos atrasado. – Tú te lo buscaste, esto es tu culpa. –Añadió, yendo a buscar su escoba.

Media hora después, después de bajar a su gata y cambiarse de ropa, Seungkwan se trepó a su Range Rover tratando de no sentir culpa. Tal vez su madre tenía razón y no debió haberse hecho cargo de otro ser viviente. Siendo optimista, a lo mejor Hermione aún no estaba tan traumatizada.

Pero no era como si tuviese otra opción, ¿verdad? Era grosero llegar tarde a la fiesta de compromiso de tu jefe. Bueno, hablando estrictamente, Mingyu DuVal no era su jefe, Seungkwan era empleado de una agencia de modelaje y sólo estaba asignado a ser el rostro de la nueva línea de ropa para hombres de Mingyu, pero, aun así. Llegar tarde era inaceptable y mirarse como si acabara de pelear con su gata era aún peor.

La fiesta no era exactamente un acontecimiento pequeño, y probablemente asistirían miembros de la prensa. El compromiso de Mingyu DuVal con otro hombre era un asunto importante, después de todo.
Que un ex futbolista del calibre de Mingyu saliera del clóset, no era algo que pasara todos los días.

Seungkwan sonrió tristemente, preguntándose si el mundo de los deportes cambiaría. Era afortunado de que el negocio del modelaje no fuese tan cruel e imperdonable con la gente no heterosexual. Claro, había idiotas en todos lados, pero ni de cerca tan horrible como en el fútbol.
Habían un poco de diseñadores y modelos gay en la industria de la moda, y la mayoría de las personas estaban bien con su bisexualidad. De hecho, a veces se preguntaba si el hecho de no ser hetero influyó en que Mingyu lo incluyese como el rostro de su línea de ropa. Tal vez.
De todas formas, era una gran oportunidad. Dicha línea, estaba obteniendo un montón de publicidad y Seungkwan no dudaba en que sería muy exitosa.
Gay o no, Mingyu siempre había sido el amor de los medios de comunicación. Era el chico de oro de Inglaterra, con su vestimenta exquisita, encanto, una infancia lacrimógena y el trágico final de su prometedora carrera. También tenía instintos geniales para los negocios y pertenecía a la rara categoría de gente que tenía éxito en lo que sea que se propusieran lograr, y Seungkwan estaba genuinamente halagado de que Mingyu lo haya escogido como su modelo principal. Iba a ser enorme.

Seungkwan sonrió emocionado ante el pensamiento, apagando el motor y saliendo de su auto. Como había esperado, había un gran grupo de paparazzi frente al club.

– ¡Seungkwan, una palabra!

– Seungkwan, ¿es verdad que serás el rostro de la nueva línea de moda de Mingyu DuVal? ¿Qué hay del rumoreado contrato exclusivo con Burberry?

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