El sol empezaba a asomarse por los grandes y hermosos edificios de la ciudad de Nueva York. América, el cual no había podido dormir en toda la noche aún mantenía gran parte de su energía. Tenía unas ojeras bastantes grandes, para solo tener ocho años recién cumplidos. Eran del mismo tamaño de sus ojos casi, además de un color morado algo preocupante.
Desde que se fue lejos de su padre, se había vuelto distinto. Aunque a veces lo veía, no era lo mismo. Los abrazos que antes le daba, llenos de cariño y amor, se habían vuelto fríos.
Su padre tenía problemas económicos bastante graves, así que tuvo que dejar a su pequeño hijo por las demandas de la francesa por dinero. Ella se llevó a Canadá y Nueva Zelanda, pero Estados Unidos se había negado a ir con su madre. La odiaba, la odiaba como odiaba a su gobierno, la odiaba tanto. Podría ser amorosa, pero nunca llegaría a ser como Uk.
-Qui, sain d'esprit, laisserait un petit garçon avec des inconnus?-
-I was s-scared. He was afraid, cold, hungry-
-C'était ton devoir de père, putain d'idiot. Le gamin était mieux avec moi, depuis que tu sors avec ce portugais tu deviens pire-
El niño empezo a sollozar, rápidamente dirigió sus manos hacia su cara. Tapando sus ojos con cuidado, esos mismos ojos con pupilas de un color blanco opaco. Odiaba sus recuerdos, odiaba a su madre, odiaba sus ojos, odiaba todo.
-Je déteste quand tu te tais. Parle, merde!-
El infante hizo lo mismo que su padre, quedarse en silencio. Odiaría hablar con la voz quebrada, odiaría responderle a alguien y que vea esos ojos cristalizados, con ojeras gigantes y que expresaban temor.
Desearía poder tapar sus ojos, para siempre. Desearía nunca abrirlos, pero así no podría ver. ¿Cómo escribiría lo que la maestra pone en el pizarrón? ¿Cómo contaría los dulces o el dinero para comprarlos? No quería pensar en ello, se acostó en su pequeña cama intentando dormir. Aunque a los pocos segundos de cerrar los ojos, los volvió a abrir por la alarma que estaba sonando. La mañana ya había llegado.
-Leanbh, an bhfuil tú i do dhúiseacht? Tá bricfeasta réidh-
Estados Unidos termino de comer. O eso supuso Irlanda. Realmente, el chico tiro el desayuno al bote de basura que estaba en la cocina. Le encantaba la comida de ella, pero no tenía mucha hambre.
Dejo el plato junto a los cubiertos en el lavabo, y corrió a avisarle que ya había comido. Tocó la puerta de la habitación, no quería molestarla.
-An bhfuil rud éigin cearr, cáca beag?-
Se escucho al otro lado, América sonrió levemente y se acercó más a la puerta, con cuidado de no abrirla para no ser grosero.
-I'm done eating, could you tie my shoelaces?-
-Sure, wait a bit. Do you already have the backpack ready?-
El silencio empezó a inundar el pasillo y la habitación. ¿Cómo le diría que no quería ir a ese lugar? Conociendo a Irlanda, se preocuparía demasiado por qué no quería ir.
-Uh-, the school closed because a boy said a bad word and I repeated it and another boy and that boy punished him and, and ...-
El contrario del estadounidense soltó una pequeña risilla. La puerta se abrió con lentitud, para que el niño pueda moverse hacia atrás así no se lastimaba. La mujer se agachó hasta quedar a la altura del menor, y con sus manos acaricio las mejillas de este delicadamente. Sabía los problemas sociales de su niño, y como estos aumentaron al ser separado de su hermano. Abrió su boca y dejo escapar algunas pocas palabras, que dejaron tranquilo al chico albino.
609 palabras.
Terminado 4:03 AM, 23/09/2020
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School Shooter
FanfictionLos miedos de los infantes normalmente son normales. A la oscuridad, a quedarse solo, a los fantasmas, entre otros. Pero América es diferente, a pesar de tener solo ocho años, le tiene miedo a los School shooters. ☔;; Historia triste. ☔;; Episodios...