Parte 1; Introducción

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No soy de esas chicas que se enferman… la verdad, nunca me duele la cabeza. Generalmente puedo aguantar el olor de los cigarrillos  junto al sentimiento de que hay mas transpiración ajena en tu cuerpo que la tuya misma, hoy más que nunca el lugar estallaba de gente. Aun no entendía por qué dejaban entrar a más personas de la que se permitía, era simplemente un disgusto. Me dolía todo el cuerpo, tenía mis sospechas de que era el comienzo de un resfrió. El lugar era realmente horrible, no se puede bailar, no se puede hablar, no me puedo sentar y pierdes a tus amigos todo el tiempo: la verdad no entendía por qué estaba acá, simplemente no encajaba. La cabeza no paraba de dolerme, la música no ayudaba, pero lo menos que ayudaba era Ashley… Como siempre yo estaba en este espantoso lugar por ella, y claro se había ido con quién sabe quien esta vez. 

Cada vez entendía más esta relación; la acompaño, hablamos, y me deja sola por un chico con quien nunca más va a volver a hablar y el resto de la noche se olvida de mí. Pero esta noche me sentía realmente mal y ella lo sabía, no entiendo por qué hacemos lo que Ashley quiere y menos por qué yo lo hago, a veces pienso que por temor de quedarme sola. Realmente con los años se había vuelto una persona egocéntrica y en quien no se puede confiar. Creo que esto se debe a la cantidad de chicos que la rodean y no dejan de decirle lo hermosa que es. ¿Y bueno quién lo negaría? Ella es alta, su cuerpo es… totalmente envidiable, creería que eso es lo que más impacta. Su sonrisa, sus grandes y hermosos ojos verdes, su perfecto perfil… no se puede competir contra eso.  Desde chicas ella era una persona que llamaba la atención. Y  yo, mientras, soy su sombra o su estúpido perro como dicen algunos. Creen que vivo de ella pero… ¿podría vivir sin ella?

Tras su sombraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora