¡Hola!
Soy Alex, tengo 15 años y vivo en Canadá. Junto a mi novia nos
divertimos mucho siempre, pero al parecer no todo va ser felicidad.«...»
( Profesora ) —¡Buenos días, clase! —saludó la profesora, mientras pasaba por la puerta del salón, seguido de un chico de cabello negro y piel palida, con cuernos filosos— Hoy, como verán, hay un nuevo estudiante. Por favor denle la bienvenida —todos aplaudimos como muestra de bienvenida, junto a la miss—. Adelante, preséntate.
—Hola, llámenme Mateo —soltó desganado y con una mirada retadora.
Y por alguna extraña razón recibió toda mi atención, era algo increíble, sumándole lo fastidiosa mente distraído que soy.
Después de su corta presentación no dijo nada más, y procedió a caminar cerca de mí.
«¡Maldición! ¡Puede escuchar lo que pienso! ¡Cállate conciencia! ¡¿No ves que nos escucha?!» pensé
Él solo esquivó mi mirada y se sentó al lado mío. Ahí me di cuenta que era el único que no tenía compañero de mesa, y el único que se creaba líos en la cabeza.
Suspiré aliviado.
«No escucha mentes» pensé tranquilamente.
—Te equivocas, si lo hago.
—¿Qué? —musité estupefacto y con ganas de morirme ahí mismo.
El sonido de la campana sonó y la clase empezó.
«…»
Al parecer no fuí al único que le llamó la atención a Mateo. En menos de medio día la mitad de la escuela ya sabía sobre la vida de Mateo. Por lo que escuché yendo hacia los baños es qué él es de Estados Unidos, que su papá es un hombre de poder y que vino a Canadá por negocios misteriosos, que sea cierto o no la última parte no es mi problema, por otro lado que más da, a mí no me debe de importar, pero ¿Por qué no dejo de pensar sobre ello?
—¡Demonios! —solté al sentir cómo había mojado inconsiente mi pantalón con mi soda.
—¿Me llamaste? —preguntó una voz cerca de mí.
«Que no sea él, que no sea él...»
Se rió.
—¿Qué no sea quién? —cuestionó burlón.
Voltee a encararlo, y fue ahí que mi salvación llegó.
—Cachorrita... —dije con una gran sonrisa.
—¡Alex! Te estuve buscando por todos lados. ¡Te encontré! —exclamó con dúlsura y se acercó hasta mi lado.
—Alex... Con qué ese es tu nombre, eh...
Me quedé mudo. Ahora, ya sabía mi nombre. Bueno, eventualmente lo sabría, pero ¿Por qué mi nombre sonaba diferente cuando él lo decía?
—Bueno... Yo, este... —tratamudeé y entre risas nerviosas, pude terminar mi oración—. Fue un gusto, Mateo, pero Charlie, mi novia, y yo nos demos ir. Adiós.
Ni bien terminé de decir eso, tomé la mano de Charlie, quién no entendía nada, y caminé sin parar, hasta estar en un lugar seguro.
Después de un rato, me despedí de Charlie, le dije que le explicaría las cosas más tarde y me dirigí hasta mi casa. Ya estando en la entrada de mi casa, mi a mi madre salir de la puerta acompañada de...
—¿Mateo?
—¡Oh! Cariño, ya llegaste —me saludó mi madre con una gran sonrisa—. Mira, cariño. El es Mateo, se acaba de mudar junto a nuestra casa, es ahora nuestro vecino. Ven, saluda.
—¿vecino?
(Les dejo una imágen, de como se ven Mateo, Alex y Charlie)
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cómo comenzó
De TodoAlex es un chico normal de 15 años. Su vida, dará un giro de 180° cuando conozca a Mateo con quién tiene un extraña conexión. Alex entrará en un dilema pues tiene novia y no sabe si de verdad está confundido por Mateo